El camerunés Stephane Mbia ha entrado con letras de oro en la historia del Sevilla Fútbol Club. El sevillismo jamás olvida a quienes poco a poco han ido escribiendo letras de oro en la historia del club hasta hacerlo grande. Desde Ramón Sánchez-Pizjuán como presidente a jugadores de todas las épocas como Araújo, Campanal y Juanito Arza hasta los más recientes como Antonio Puerta y Andrés Palop. Y ahora, Mbia. No sabemos si el centrocampista estará en el club la próxima temporada, pero sí les puedo asegurar que ningún sevillista olvidará su nombre jamás ni ese potente cabezazo que parecía un zapatazo en toda regla y que logró cambiar en un solo segundo las lágrimas de rabia e impotencia que ya corrían por la grada sevillista por las de emoción al estar de nuevo en una final de la Liga Europa. Y van tres. Este gol ha demostrado una vez más que el Sevilla es el equipo que nunca se rinde como el Arrebato plasmó a la perfección en su himno del centenario. Con todo perdido tras un partido pésimo, probablemente el peor en toda esta competición que comenzó hace nueve veces, Mbia ha logrado el sueño de meter al Sevilla en otra final europea. Ahí es nada. Se ganará o se perderá, pero nadie olvidará jamás a un camerunés que ha hecho feliz al sevillismo cuando ya sólo quedaba coger carretera y manta y volver a Sevilla con el mosqueo de una gran ocasión perdida después de haber logrado dos grandes remontadas ante el Oporto y el eterno rival. Muchas veces hemos escrito que esta competición es muy especial para los sevillistas. La UEFA que levantó Javi Navarro en Eindhoven logró romper una sequía de varias décadas. El sevillismo la quiere y la ha tomado como casi propia. Cada vez que ha podido ha acudido en masa a estar con los suyos. A Emery no se le olvidan los 4.000 sevillistas que estuvieron en Estoril diciéndole que con Europa no se juega. Eso es sagrado en Nervión. Este jueves, en Mestalla uno de los estadios más calientes de España hubo más de 5.000 valientes que se dejaron la garganta, el dinero, las fuerzas y seguro que algo de salud para ayudar en la medida de lo posible a los de rojo. Ellos son el Sevilla y estaban dolidos porque el Sevilla estaba casi fuera de la final después de casi tirar una ventaja que nunca se tuvo que desperdiciar. Pero llegó el cabezazo de Mbia que sirve para la final europea y para escribir su nombre, para siempre, en la historia del Sevilla Fútbol Club. Bienvenido.