Local

Un caminante hacia 2015

Zoido, en medio de la tormenta, da carpetazo a su etapa al frente del PP-A citando versos de Machado, en un discurso localista de herencias recibidas, loas de gestión y aires de precampaña

el 13 feb 2014 / 00:52 h.

TAGS:

La tormenta política en el PP andaluz le pilló de lleno y en un escenario poco propicio como un desayuno plagado de periodistas ávidos de respuestas. «No se puede controlar el calendario», repitió hasta dos veces para salir del berenjenal. Siempre había sabido marcar esa línea roja entre el Zoido alcalde y el Zoido presidente del PP-A. Un mantra, aplicado incluso a preguntas de la prensa, que en el ocaso de su mandato al frente de la dirección regional, se desbarató en mil pedazos. Acudió como regidor, pero los focos estaban en cómo se sentía después de que Rajoy hiciera caso omiso a sus recomendaciones y, en vez de a su número 2, José Luis Sanz, designara a otro compañero, Juan Manuel Moreno Bonilla, como sucesor. Primero se topó con una nube de cámaras a las puertas de la Fundación Cajasol,donde a duras penas podía adivinar, entre la multitud, la figura del presidente, Antonio Pulido.«Ahora soy alcalde, cuando salga contesto como presidente del PP-A», trataba sin éxito de convencer a la turba mediática. A su lado, su fiel infantería: su equipo de gobierno, con Juan Bueno a la cabeza, y la parlamentaria Alicia Martínez, que lo recibieron en la puerta e incluso, ya después del trago de la intervención, lo arroparon pasando unos minutos con él en medio de la Plaza de San Francisco, a la espalda del Ayuntamiento hispalense. Zoido tenía una difícil papeleta ayer. Se subió al atril e intentó romper el hielo hablando de una lesión en el hombro izquierdo. Pero eso no era suficiente. Y no esperó a terminar su discurso para hablar del PP andaluz –lo abordó al principio y al final–, pero lo hizo como dando carpetazo, como el epílogo a una etapa difícil en la que se ha desdoblado entre San Fernando y Plaza Nueva. Y, para cortar ese cordón umbilical, optó por los versos de AntonioMachado. «Caminante no hay camino, se hace camino al andar», recitó, no sin antes señalar que su camino, elegido hace tiempo, era Sevilla. Zoido lanzó un discurso de caminante político hacia el año 2015, fecha de las elecciones municipales, donde pretende revalidar la mayoría del PP. Su discurso tenía algo de mitinero y una pizca de mensajes destinados a revalorizar la figura del alcalde. Citó este cargo como su «más alta cima política» y las charlas con sevillanos «que dejan huella» y son «el mayor patrimonio de la ciudad». A partir de ahí, la figura del alcalde se entremezcla con la del candidato. De ahí que asomen frases que sonaban a precampaña: «No me angustia perder elecciones, pero no quiero dejar la ciudad a quienes la metieron en un callejón oscuro», indicó Zoido, que insistía en que no quería abusar de la herencia recibida, pero no podía dejar de citarla. Por eso, cuando habló del potencial «sin límites» de la ciudad, no dudó en matizar que este «ha estado atascado en la atonía y el desbarajuste económico» del anterior mandato, donde «se perdió mucho tiempo». Incluso habló de «caos» en las cuentas y que «la corrupción sea cosa del pasado de este Ayuntamiento». A partir de ahí, toca repaso. Mencionó cómo «habían saneado las cuentas» tanto del Ayuntamiento como de las empresas (Tussam, Lipasam, Emvisesa). Medalla que le colocó –citándola hasta en cuatro ocasiones– a una sonriente delegada de Hacienda, Asunción Fley. Tras hablar de «apretarse el cinturón», defendió unos pagos al día y unas deudas que están «casi resueltas». En ese arrebato de positivismo, no le faltó citar la bajada de impuestos y se envalentonó al afirmar que ha cumplido ya el 70% del proyecto que tenía en mente para Sevilla. Tampoco vaciló cuando blandió como hito de mandato su viaje a San Petersburgo, para defender ante la Unesco que la Torre Pelli –proyecto «al que tenía reparos»– no ponía en riesgo a los monumentos declarados patrimonio de la Humanidad. La marca Sevilla, el tirón turístico y la apuesta por la llegada de empresas en el Higueron marcaron el marchamo de un alcalde que concluyó con la voz entrecortada y casi entre sollozos: «Luché mucho para llegar hasta aquí y no sé si se podré devolver a Sevilla lo que me ha dado, pero me dejaré el alma en ello».

  • 1