Emery, con sus jugadores, en el estadio del Standard. Foto: Manuel Gómez Se presenta el Sevilla en Lieja con la moral por las nubes, habiendo igualado el mejor inicio de su historia en la Liga, en la que marcha segundo. El cambio de chip no tiene por qué suponer variante alguna en el ritmo de los de Emery, líderes de su grupo en la Europa League. Ganar fuera de casa es más difícil en Europa que en cualquier competición doméstica. En Rijeka lo experimentó el Sevilla que, pese a levantar la copa en Turín hace cinco meses, no gana fuera desde que lo hiciera en el Villamarín en el derbi europeo (0-2). Conviene recordar que la temporada pasada dio muy mala imagen en Oporto y protagonizó 93 minutos bochornosos en Valencia antes de que en el 94' Mbia cambiara la historia. Y que en sus dos desplazamientos del presente curso (Rijeka y Cardiff, aunque éste fuera en una final y no como equipo visitante) ha dado una imagen pobre. Añádanle que en su única visita a Lieja, aquel gran Sevilla de 2008 perdió en el Maurice Dufrasne (1-0). Pero todas las noticias son positivas en el entorno sevillista. La última buena nueva es el retorno de Kevin Gameiro, que tardó 12 minutos en unir dos fechas separadas por cinco meses: el 14 de mayo, día de su última aparición por un terreno de juego, y el 19 de octubre, cuando reapareció en Elche para marcar casi en su primer balón. El francés volverá a tener minutos hoy ante el Standard, esta vez desde el inicio y seguramente con Aspas por detrás, quien sabe que su camino se ha ensombrecido en el Sevilla desde la reaparición del galo. Emery no esconde que apostará por dar oportunidad a muchos de los menos habituales en la Liga. Nombres propios: Fernando Navarro, en el ostracismo desde que Tremoulinas se puso a tono, y Reyes, que sólo ve la luz en contadas ocasiones. Dos pesos pesados que tienen que asumir un papel secundario en este Sevilla renovado. Y además, otras posibilidades que ha escondido Unai: Iborra, quien daría descanso al exprimido Mbia; Banega, que afrontaría su reválida particular para igualarse a Denis en las preferencias de Unai; y Arribas, que se estrenaría de sevillista. Con el concurso de Banega, Emery apostaría por un solo medio de contención, dejando a Krychowiak para la cita del Villarreal. Ganar en casa del Standard supondría un gran paso adelante hacia la siguiente fase del campeonato. Para ello tendrá que hacer frente el Sevilla a un rival un tanto indescifrable tras la dimisión (forzada) de su entrenador Guy Luzón, víctima de la presión social y una fuerte discusión con el presidente. El conjunto belga perdió el fin de semana con el colista (1-2) y está a once puntos del líder y enemigo Anderlecht, al que visita en breve. Mientras se estabiliza la nave, el equipo lo dirigirá el hasta ahora ayudante de Luzón, Ivan Vukomanovic. Algún cambio se barrunta en el Standard, segundo en el grupo. El más importante quizás en la portería, donde actuaría Thuram. El español Jonathan Viera, una de sus grandes bazas, no apunta a titular.