Cultura

Un centro cultural que le dará un jardín a Sevilla

El convento de Santa María de los Reyes, en la calle Santiago, tendrá un café literario y una zona verde tras su rehabilitación, cuya primera fase arrancará sus obras en marzo

el 22 dic 2014 / 09:30 h.

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El convento de Santa María de los Reyes, ese de la calle Santiago que las monjas dejaron en 1970 y que en los últimos años ha utilizado la Junta de Andalucía (propietaria del edificio) para algunos eventos y exposiciones relacionados sobre todo con la arquitectura, se prepara para una nueva transformación (ya ha sufrido varias a lo largo de su intensa historia) que sobre todo traerá la novedad de su apertura a la ciudad. Y eso se hará dotando de vida social y cultural al inmueble, para lo que se habilitará una zona de huertos escolares, se abrirá un café literario y se habilitará para su uso el que fuera jardín del recinto, lo que significa que los vecinos podrán disfrutar de espacios verdes en una zona de la ciudad en la que no abundan precisamente. Todo esto conllevará la apertura de hasta tres puertas más en el inmueble, para que el público pueda entrar de manera independiente y al margen del horario de la zona más administrativa. Estado actual del convento de Santa María de los Reyes en la calle Santiago. / José Luis Montero El hermoso claustro está presidido por una fuente. Al fondo, el muro en el que se reabrirá una vieja conexión con lo que será el jardín público. / José Luis Montero El proyecto ha sido bautizado como Convento Lab y la directora general de Rehabilitación y Arquitectura de la Consejería de Fomento, Gaia Redaelli, apunta al Matadero de Madrid como modelo de gestión, «un edificio público que cede el espacio para que sea más activo». La prioridad serán los usos culturales, aunque el conjunto se abrirá a entidades sociales, asociaciones, ONG, empresas de economía social… Lo primero que se hará en el edificio, datado entre finales del siglo XV y principios del XVI, será consolidar su estructura («ahora hay zonas en las que se mueve, tiene problemas de cimentación»), garantizar su estabilidad y reforzar las cubiertas. Y si hacemos un itinerario desde su entrada principal por la calle Santiago, se mejorará en este punto la accesibilidad al compás, se quitarán barreras arquitectónicas y se eliminará la horrorosa acumulación de aires acondicionados adosados a la iglesia barroca (la más moderna, el convento tiene dos), un espacio que ahora mismo se utiliza para exposiciones. Reseñando que habrá una mejora general de las instalaciones, que alcanzará a la antigua sacristía (hoy sala Francisco Galiano, que se usa para actividades y cursos), nos metemos en uno de los espacios más hermosos del convento, el claustro, que en los últimos tiempos se ha abierto algo más al público con su uso sobre todo como cine de verano. Aquí se marca una prioridad, que en general es la filosofía que salpica a todo el proyecto: «Respetar su sabor añejo, un aspecto en el que se ve el paso del tiempo». El suelo de esta zona se pavimentará con adoquines de piedra caliza (más transitable y con un tono homogéneo), la fuente seguirá presidiendo el lugar y en el brazo Este, que nunca se llegó a terminar, se reabrirá la vieja conexión que unía con lo que primero fue jardín (cuando era un palacio) y luego huerta cuando ya lo gestionaban las religiosas. Esta zona Este, por cierto, es conocida como Claustro de los Muertos, ya que allí se enterraban las monjas y también personas relacionadas con el convento, como fue del poeta Juan de Salinas (que fue secretario de la orden) y del almirante de la flota de Indias López Pintado. La puerta que da acceso a lo que fue el refectorio. / José Luis Montero Estado actual del convento de Santa María de los Reyes en la calle Santiago. / José Luis Montero Desde el claustro (en cuya planta superior, donde estaban los dormitorios, no se actuará por ahora) se conecta con el refectorio, la zona de cocinas y lo que fue el lavadero, espacios que también se acondicionarán en una primera fase de las obras que, con un presupuesto de 1,8 millones de euros, se adjudicarán a principios de año para empezar los trabajos en marzo y que estén acabados en noviembre. En paralelo, durante 2015 se trabajará en la licitación de la segunda fase, que se ejecutará en 2016 y que se centrará en el noviciado, el huerto, el jardín y la apertura de un café literario. En total, el solar tiene 1.700 metros cuadrados, con más de 2.500 construidos. El noviciado es el cuerpo más reciente del conjunto, ya que data de finales del siglo XIX. Literalmente devorado ahora por las higueras, en la parte superior se situaba el secadero de ropa y, a todos los efectos, funcionaba como una unidad independiente dentro del convento, con su comedor y su zona en la que las novicias atendían a las monjas ya ancianas. En su interior ahora tomado por la vegetación todavía relucen enormes losetas de piedra de Tarifa, el material que durante mucho tiempo fue habitual para ensolar casas solariegas. Pero el gran atractivo de esta parte trasera son los espacios verdes que se van a habilitar. Por un lado, una zona que ahora se utiliza como aparcamiento se empleará como huerto escolar para disfrute de los colegios de los alrededores. De esta manera, y en cierto modo, «se recuperará la memoria del valor productivo que tuvo con las monjas», que lo utilizaban para obtener productos frescos para su cocina y en el que también cultivaban hierbas medicinales. Estado actual del convento de Santa María de los Reyes en la calle Santiago. / José Luis Montero Los ombúes que presiden lo que será jardín, con la noria en primer plano y el noviciado detrás. / José Luis Montero Otra zona de la huerta, un pasado del que todavía da fe una vieja noria, será la que se habilite como jardín abierto al público. Este espacio es el que está ahora separado del claustro por un muro en el que se reabrirá la puerta que en tiempos existió, dominado por dos enormes ombúes que llegaron de América poco después del que luce en el monasterio de la Cartuja y que, cuenta la tradición, plantó allí Hernando Colón. Desde este espacio se abrirá un nuevo acceso público a la calle Muro de los Navarros, la misma por la que también se entrará al café literario que completará esta zona verde. Al jardín se podrá asimismo llegar por otra puerta que se habilitará en la calle Santiago, creándose una suerte de pasillo que también conectará con un nuevo acceso a la sala de exposiciones. El ramillete de nuevas conexiones se completará con otra por la calle Cenicero, aunque en este caso para las tareas de carga y descarga ya que enlaza directamente con el parking. Queda dicho ya que, al margen de rehabilitar este patrimonio, la otra prioridad es su utilidad, «convertirlo en un espacio público que se pueda usar y cruzar», explica la directora general de Rehabilitación y Arquitectura. De ahí que el punto de mira se haya puesto en el Matadero de Madrid, cuyo modelo de gestión social conecta directamente con lo que se pretende desde Fomento. Una consejería, por cierto, que a la hora de esta intervención también le mueve «regenerar la ciudad consolidada para hacer un modelo de ciudad de cercanía», mejorando lo que ya existe antes que irse a nuevos espacios. Y si esta consolidación trae consigo la apertura de un recinto verde en una zona muy necesitada de ellos, pues miel sobre hojuelas.

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