Rafael Reyes, de Afama, el doctor Marcelo Berthier, Chary Maldonado y el presidente del Grupo Morera & Vallejo, Antonio Morera Vallejo.
La afasia encuentra un rincón donde puede ser tratada y atendida. Un lastre de las personas afectadas por esta incapacidad para comunicarse es no saber a dónde ir. No tener las armas para contrarrestar esta secuela y mejorar ya no solo en su estado sino tener calidad de vida. El tejido asociativo disipa, en muchos casos, estas incertidumbres. Como ha ocurrido con la Fundación de la Asociación de Rehabilitación y Prevención de la Afasia (Arpa), que esta semana estrena su centro integral en la Gota CEM, ubicado en el Parque Empresarial Morera & Vallejo. La asociación Arpa ha nacido, en ese sentido, para cubrir el vacío que hay para la atención de los afásicos ya no solo los que residan en Sevilla, sino del resto del país. Y lo hace con el convencimiento que le otorgan las investigaciones que constatan los progresos que hay en los pacientes utilizando una buena terapia. «El cerebro es un músculo como cualquier otro. Solo hay que saber cómo ejercitarlo para que crezca y pueda ir recuperando lo perdido», manifesita la presidenta de Arpa, Chary Maldonado, que destaca que los afásicos que se atenderán en la asociación serán, sobre todo, los considerados crónicos (más de un año) y que acuden allí una vez finalizada la ayuda que ofrecen los organismos públicos. La filosofía de Arpa queda impregna en su ambiciosa declaración de objetivos, que pasa por una mejora ostensible de la calidad de vida de los usuarios, al igual que una recuperación de sus áreas cognitivas relacionadas con la comunicación o con el nivel de comunicación en pacientes afásicos degenerativos. Se trata de «ayudarles a ser independientes», por lo que plantean la rehabilitación tanto individual como por grupos. También, entre los retos marcados está contribuir a la mayor funcionalidad de la mano y pierna en personas afásicas con mano hemiparésica, además de mejorar su nivel psicosocial a través de actividades como el arte, el yoga y la danza. Todas ellas son medidas dirigidas al paciente, aunque sin obviar otro detalles que la asociación Arpa quiere impulsar y que considera como uno de los hándicap: dar difusión al problema e iniciar acciones que vayan dirigidas a la prevención y la detección precoz de la afasia.
Para todo ello, sus instalaciones de la Gota CEM, situadas en la plaza de la Gota de Leche, contarán con una amplia gama de servicios. Desde un espacio destinado a la información y orientación, en el que se arrojará algo de luz sobre una gran desconocida como la afasia, hasta un servicio de rehabilitación. En este último, hay programas de actividades de rehabilitación de la comunicación individuales, con apoyo de las nuevas tecnologías, pero también se incluyen programas de rehabilitación de la disartria y programas en grupo.En ese último aspecto, destacan las sesiones intensivas, que se realizan a través de un programa de 30 horas que se realiza en dos semanas y donde se restringen otras formas de comunicación.
La asociación Arpa también tocará el control de las emociones y se fijará una unidad de apoyo a las familias, al igual que se contará con un área de fisioterapia para reahabilitación de pacientes con trastornos motores asociados como hemiplejia y hemiparesia. Clases de yoga, fenderkreis y danza libre para relajar y mejorar la autopercepción del cuerpo, completan una oferta en la que no faltará actividades de ocio y culturales como visitas a museo o eventos para evitar el aislamiento social de estas personas.
