Cultura

Un clásico muy moderno

Lugar: Teatro Lope de Vega, 30 de octubre. Obra: La Estrella de Sevilla. Compañía: Teatro Clásico de Sevilla. Autor: Lope de Vega. Adaptación y Dirección: Alfonso Zurro. Intérpretes: Rebeca Torres, Manuel Monteagudo, Moncho Sánchez-Diezma, Pablo Gómez-Pando, Manuel Rodríguez, Alicia Moruno y Antonio Campos. Calificación: ****

el 31 oct 2014 / 15:13 h.

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Aunque Lope de Vega sitúo su acción en el siglo XIII, esta obra tiene un carácter moderno por atreverse a criticar el despotismo de una monarquía absolutista. De ahí que para esta nueva versión Alfonso Zurro ha optado por una puesta en escena plenamente contemporánea, aunque su adaptación sea fiel al verso de Lope. Para ello Zurro se sirve de una fantástica escenografía móvil, a cargo de Curt Allen, quien también se ha encargado del diseño de vestuario. Pero al contrario que el resto de los elementos del espacio escénico, que se completa con la impactante ambientación sonora de Jasio Velasco y la exquisita iluminación de Florencio Ortíz, el vestuario es fiel a la época en la que se desarrolla la historia. También la dramaturgia, que salvo algunos ajustes que alivian la duración y algunos guiños, respeta la estructura y el argumento de la obra original. De esa manera, este montaje tiene el valor de ser una obra clásica y contemporánea a un tiempo. La historia gira en torno a un rey que no duda en mandar matar a un noble sevillano, quien se distingue por su honorabilidad y honradez, para satisfacer el deseo de poseer a su bella hermana. Y para colmo encarga el asesinato al hidalgo que va a casarse con la joven, quien se debate entre ser fiel al amor o a su rey, lo que acaba eligiendo en función de su nobleza. Así, aunque el relato se debe a los valores de la cultura antigua es trasgresor, porque a lo largo de la trama se mostrará al rey como un ser indigno mientras que sus súbditos son más que honorables. Hasta los personajes secundarios, como los alcaldes, contradicen al rey en sus propósitos corruptos. Ahí radica el acierto de la elección de este texto. De entrada porque es fácil trasladar la cuestión de la corrupción del poder a nuestros días, y además porque desmiente, de alguna manera, la imagen de pícaros y corruptos que tenemos los sevillanos. No en vano es una producción de la Compañía de Teatro Clásico de Sevilla. Cabe destacar la magnífica labor actoral de todo el reparto. Monteagudo consigue que se nos atraviese su personaje. Rodríguez dota de prestancia a su doble papel de narrador y carcelero. Antonio Campos dibuja a la perfección la perfidia de su papel. Alicia Moruno imprime vulnerabilidad a su personaje y Pablo Gómez-Pando se confirma como un animal de teatro, al igual que Rebeca Torres, quien colma de luz y dramatismo el escenario.

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