¿Una provocación, un caso de firkismo político, un linchamiento mediático contra un político con las ideas claras? Lo cierto es que la polémica por el disfraz de señora de la limpieza que se puso el conselleiro de Industria de Galicia, Javier Guerra, ha traspasado las fronteras de esa comunidad autónoma. Porque se vistió de esa guisa el 8 de marzo, el día que reivindica la dignidad de las mujeres trabajadoras.
Las declaraciones del conselleiro tras su exhibición fueron que pretendía "mostrar el compromiso de la igualdad con un punto de ironía" tras un acto institucional. Le han llovido críticas de los partidos de la oposición gallega, PSOE y BNG (que lo tacharon de "deplorable" y "frívolo"). Pero el político del PP no estuvo solo: lo acompañó la conselleira de Traballo, Beatriz Mato, disfrazada con globos igual que él, pero como un hombre de negocios, con chistera y corbata. Lo que da que pensar sobre la idea del hombre y la mujer y sus papeles sociales que mantienen estos dos políticos.
El PSOE ha llevado al Senado la crítica por "deplorable y bochornosa" a Guerra: "El PP se toma el Día de la Mujer como un chiste". El BNG ha acusado a la Xunta de practicar una representación "más propia de un programa friki". A todo esto el conselleiro Guerra dice que su pantomima constituye su particular granito de arena contra la discriminación.
