Local

Un corazón sin palabras

José Martínez El Mudo es toda una personalidad en Mairena del Aljarafe. El bar que regenta, que tiene por nombre su mote, ha rebautizado popularmente todo lo que le rodea.

el 15 sep 2009 / 08:21 h.

TAGS:

José Martínez El Mudo es toda una personalidad en Mairena del Aljarafe. El bar que regenta, que tiene por nombre su mote, ha rebautizado popularmente todo lo que le rodea, su calle, su barrio e incluso una rotonda cercana.

Desde que inauguró su bar en 1968, todo para él ha sido un largo camino lleno de ilusiones y superaciones constantes ya que es sordomudo. Por ese motivo "son muchas las barreras que ha tenido que superar a lo largo de su vida", traduce su hija mediante el sistema de signos que compenetra a los dos a la perfección.

En su juventud, El Mudo decidió seguir los pasos de su madre y marchar a Barcelona para ejercer de sastre: "Eran tiempos muy difíciles y había mucha hambre". Cuando ahorró algún dinero volvió a Mairena del Aljarafe, donde abrió una pequeña tasca en el patio de la casa de sus padres. De esta etapa recuerda el cariño y la ayuda que el, por aquel entonces, repartidor de Cruzcampo le ofreció para salir adelante.

Recientemente el Ayuntamiento de Mairena del Aljarafe aprobó la rotulación y la nomenclatura oficial de la rotonda de El Mudo en su honor. Es la glorieta que está delante del bar que regenta. Esto es sólo un paso administrativo, ya que la rotonda, la calle de su bar, e incluso el barrio del Rosario donde está situado, ya eran conocidos popularmente como "del mudo".

Es más, en 2005 este hombre recibió el reconocimiento de sus paisanos que, tras la petición de la Asociación de Vecinos Casco Antiguo, fue nombrado Mairenero del Año. Con su característica sonrisa en la cara, dice que no entiende cómo la gente le tiene "tanto aprecio y tanto cariño".

Pese a la humildad de este hostelero, que se ha convertido en un referente gastronómico del Aljarafe con sus sabrosas gambas, es cierto que todo el pueblo lo conoce, y a cualquiera que le pregunten por la calle sólo tiene palabras agradables para él.

Pese a que los inicios en la hostelería fueron muy duros, siempre contó con el apoyo de su mujer, también sordomuda. Juntos lucharon por su sueño y por salir adelante. Sus tres hijos han supuesto también "un importante apoyo" y actualmente trabajan con él en el establecimiento.

Pese a no poder expresarlo con palabras, la mirada de este mairenero refleja el amor a su tierra y el eterno agradecimiento a sus paisanos, que sonríen satisfechos al pasar por la glorieta por haber podido tributarle un homenaje que todos consideran que lo tenía bien merecido.

Culmina así un proyecto que se inició hace más de un año, cuando se propuso por primera vez tener este gesto con el popular ciudadano aprovechando la existencia de esta glorieta que no tenía nombre.

  • 1