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Un deseo ¿imposible?: dejar de escribir sobre miserias del Betis

LA CONTRACRÓNICA. Se acabó una de las temporadas más desgraciadas de la historia verdiblanca. Es casi imposible haber recopilado más malas noticias de un equipo de fútbol en un año. A ver si el que viene es distinto...

el 18 may 2014 / 23:14 h.

Oriol Riera celebra el 2-0 ante Adán. Al final, Betis y Osasuna se van a Segunda / Jesús Diges (EFE) Oriol Riera celebra el 2-0 ante Adán. Al final, Betis y Osasuna se van a Segunda / Jesús Diges (EFE) Bueno, pues se acabó la temporada 2013-14 para el Betis. Por suerte para sus jugadores, que no seguirán haciendo el ridículo ni por los campos de Primera ni en el Villamarín, aunque es mejor no aventurar nada porque aún falta saber qué harán en los amistosos en Arcos, Lebrija y Ronda. Por suerte para sus dirigentes, que durante unos meses no tendrán que sentarse en el palco y por tanto no se someterán al escarnio de los aficionados. Y, por qué no, por suerte para sus seguidores, que al menos de aquí a finales de agosto dejarán de sentir vergüenza ajena mientras ven a los suyos hacer el susodicho ridículo y no sufrirán por más derrotas. Con veinticinco tienen bastante, desde luego Ahora es el turno de los profesionales de la dirección deportiva, que deben reinventar la plantilla y ofrecer un proyecto que convierta el ascenso en una obligación factible. Y también será el turno de los periodistas, para los que tampoco hay descanso porque desde ya mismo toca contar cómo se va configurando eso que ahora mismo es sólo un embrión del que apenas se conocen detalles, como que seguirán Adán y varios canteranos y que la batuta desde los despachos, por ahora, corresponderá a Alexis. Concluye una de las temporadas más desgraciadas y miserables de la historia del Betis. Para el recuerdo queda el relato esas veinticinco derrotas sólo en la Liga; de 78 goles en contra; de decenas de lesiones; del despido de dos entrenadores y un director deportivo, el adiós de un administrador judicial y la dimisión de un presidente; de un sinfín de perjuicios arbitrales; de las constantes críticas, por supuesto justas, a tantos y tantos futbolistas; y, cómo no, del undécimo descenso verdiblanco a Segunda. Cansa escribir de tanta miseria, de verdad. Ojalá el Betis dé motivos para escribir más bien que mal de él durante el próximo año. ¿Será posible?

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