Cultura

"Un día descubrí que era incapaz de tener una sola identidad"

El poeta serbo-estadounidense publica en España sus memorias bajo el título 'Una mosca en la sopa'.

el 18 sep 2011 / 20:41 h.

Charles Simic.

En sus memorias, recién aparecidas en España bajo el título Una mosca en la sopa (Vaso Roto), Charles Simic evoca la entrada de los soldados alemanes en su Belgrado natal, la huida a Austria junto a su madre y su hermano, y su llegada a Estados Unidos, donde se instalaría para convertirse en un gran renovador de la lírica norteamericana.

Considerado estadounidense a todos los efectos por el público de aquel país -y probablemente lo sea también para sí mismo-, Simic (Belgrado, 1938), bautizado Dušan Simic, profundiza en estos recuerdos aparentemente desordenados en sus raíces europeas y en la sinrazón que llevó a una ciudad a ser arrasada tres veces en el último siglo, un espanto al que opone el misterio redentor de la palabra poética.

-En sus memorias confiesa: "Nadie necesita un psicoanalista cuando se ha pegado la vida respondiendo a la pregunta ¿Usted qué es?" ¿Es más sano quien tiene personalidad múltiple?
-Sí, siempre y cuando tus múltiples personalidades se lleven bien. Las mías lo hacen. Llegó un momento en mi vida en que me di cuenta de que era incapaz de tener sólo una identidad. Estaba bien amar con la misma pasión la ópera, el jazz, el country, el blues, el tango, el fado, el flamenco, las canciones gitanas rusas y húngaras, y muchas más, siempre emocionándome, y diciendo: sí, éste soy yo, ésta y sólo esta música transmite cómo me siento en realidad. Y ¡me olvidé de mencionar a los serbios, bosnios, macedonios, griegos, egipcios y chinos!

-¿Qué es más determinante para la formación de una persona: cambiar de país, o de idioma?
-Adoptar y amar un idioma más que al tuyo propio. O haces eso, o nunca te encontrarás como en casa en otro país.

-Le he oído decir que los yugoslavos no lo cuentan como uno de los suyos. Y sin embargo, ha sido usted un gran traductor y divulgador de poetas de allí. ¿Es su manera de mantener el vínculo con su tierra natal?
-No sólo eso, sino también se trata de un claro deseo de hacer que el trabajo de algunos de los mejores poetas esté disponible en inglés.

-¿Quiénes son, a su entender, los grandes maestros olvidados de las lenguas balcánicas?-Ninguno está olvidado allí, sino que no son conocidos, o son poco conocidos en el extranjero. Creo que los poetas serbios Novica Tadic y Aleksandar Ristovic entrarían en esa categoría.

-Usted tiene una concepción de la poesía como algo fuera de toda ideología, pero, ¿es posible escribir en este tiempo sin tomar partido, sin reaccionar ante lo que sucede?
-Mis poemas siempre han reaccionado a lo que está sucediendo. Como muchos poetas americanos desde Whitman, no pertenezco a ninguna iglesia, ni me acojo a ninguna ideología ni divulgo ninguna idea colectiva sobre la verdad. Para mí los grandes poetas son espíritus independientes. Si no creyera eso, no merecería la pena hacer lo que hago.

-Da la impresión de que el espíritu cristiano impregna política, cultura e incluso vida académica en Norteamérica. ¿Se respira más libertad en el Viejo Continente?
-No creo que eso afecte a la vida académica ni cultural. Existen escuelas e institutos cristianos pero se encuentran sobre todo en el sur. Donde yo vivo, en Nueva Inglaterra, los vecinos de mi pequeño pueblo desconfían de la religión, porque ellos recuerdan los tiempos en que quemaban a las brujas aquí y marginaban a los herejes. En política, el cristianismo es la tapadera de sinvergüenzas y mentirosos para seguir robando y mintiendo a la gente que les elige.

-Para terminar, ¿qué puede aportar la poesía en estos tiempos revueltos?
-Lo que ha ofrecido siempre: un ser humano hablando a otro ser humano y compartiendo su soledad.

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