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Un discreto Sevilla se queda sin Carranza

Cae eliminado ante el Espanyol en la semifinal por penaltis, tras empatar a uno. Negredo falló una pena máxima a falta de ocho minutos para el final.

el 07 ago 2010 / 22:27 h.

El Sevilla no podrá lograr su séptimo trofeo Carranza, al menos este verano, después de quedar apeado ayer de la final en la tanda de penaltis tras empatar a uno ante el Espanyol. Lo cierto es que en el global del partido mereció más el conjunto de Álvarez, pero tampoco es que fuera superior a los periquitos. Mejoró en la segunda parte pero no llegó a culminar sus intentonas. Incluso Negredo tuvo un penalti en el tiempo reglamentario para decidir el encuentro, pero Kameni lo paró. A una semana de la Supercopa el Sevilla ya compite, pero a un nivel bastante discreto. Sólo Perotti, acaso Escudé y Palop, están ya al nivel que requieren las competiciones oficiales. Lógico por otra parte, queda camino, mucho, por andar, pero la exigencia está a la vuelta de la esquina.

En la primera parte el Sevilla demostró poco más que competitividad. El Espanyol planteó un partido plagado de trampas -se sumaron al estado del césped y al Levante que soplaba con fuerza-, con una presión adelantada, casi en el centro del campo, y con un juego embarullado fruto del poco espacio en el que se movían los dos equipos. La solución que planteó Álvarez ante tal panorama fue tan sólo teórica. Mover la pelota lo más rápido posible, buscar las bandas y los apoyos en el centro del terreno de juego, sobre todo de Renato. Como teoría no estaba mal, pero la práctica brilló por su ausencia. Ni las piernas para los desmarques ni las ideas para sorprender al rival estuvieron frescas anoche, salvo en algunas acciones individuales. El fruto fue una primera mitad en la que el Sevilla peleó, pero en la que nunca mandó. Las ocasiones las tuvieron los catalanes, ambas en una sola jugada en la que Palop dio réplica.

Parecía que al descanso se llegaría con el empate, pero en los últimos minutos sucedió todo lo que había faltado antes. El Espanyol se adelantó en un regalo de Squillaci a Luis García, que se la puso en bandeja a Javi López. Poco después el Sevilla empató de penalti de Kanouté. Un penalti dudoso, no por la falta a Perotti, que se inventó una fabulosa jugada, sino por su ubicación, fuera o dentro del área.

En la segunda mitad el Sevilla dio un paso hacia adelante, física y psicológicamente. Se metió en el campo del Espanyol, acumuló jugadores pasada la medular y buscó la portería. Fue entonces cuando un genial Perotti empezó a desnivelar el partido por su banda. Tuvo más acercamientos y ocasiones el equipo hispalense, casi todas por la banda izquierda, donde el referido argentino se compenetró bien con Dabo, que salió en la segunda parte por Navarro. Pero pocas tuvieron culminación o remate. Tras un periodo de intermitencia con algún acercamiento del Espanyol, el Sevilla volvió a buscar la victoria en los últimos minutos y, ya con balones largos, volvió a meter miedo al Espanyol. Tanto que pudo resolver la semifinal con un penalti riguroso a Negredo que él mismo marró (82'). Kameni garantizó a su equipo la tanda de penaltis, en la que Palop no pudo repetir lo de Glasgow. El Sevilla tendrá que conformarse con la consolación.

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