Mañana de palmas y visita de templos y tarde de cofradías. Nada ni nadie se saltó el guión de un Domingo de Ramos, incluido el calor que proporciona la combinación del sol y la bulla, marcado por las novedades en los pequeños detalles, las levantás en defensa por la vida y las curiosidades.
La primera levantá en el palquillo de la Sagrada Entrada en Jerusalén, la primera de La Paz -"los que traemos la paz también vamos a traer la vida. Por todos los niños que no nacen"- y la de La Estrella, dedicada por Manolo Vizcaya a las mujeres "valientes como nuestra Virgen de la Estrella", fueron en defensa de la vida. Era la forma en que las hermandades de Sevilla quisieron mostrar su repulsa por la propuesta de Ley del Aborto del Gobierno. Éstos eran los lazos blancos de las cofradías de Sevilla.
Pero en todo fue una jornada de detalles. Ignacio de la Haza Yruela, el nazareno de La Borriquita que llevaba años aprendiéndose de memoria el título de la hermandad para pedir la venia en la Campana, cumplió su sueño sólo por ser el primero en sacar la papeleta de sitio, ya que la junta de gobierno del Amor no había designado a ningún otro previamente. Y así, con el lema de la cofradía, "A Dios por el Amor", inauguraba la Semana Santa en la Campana, donde Adolfo Arenas y todo su equipo se estrenaban como responsables del Consejo de Hermandades. Y la primera imagen fue la de una borriquilla recién restaurada, que dejó estampas antes de la Cuaresma del Señor sentado en un sillón en su altar del Salvador.
Allí dejaron una palma rizada, como después la Virgen de los Dolores y Misericordias dejaría una rosa blanca para cada una de las dolorosas que tendrían que pasar por este punto a lo largo de la jornada. Y estas flores no fueron las únicas que llamaron la atención en la tarde de ayer. Precisamente el exorno floral del misterio de Jesús Despojado destacó por su originalidad: con jacintos lilas y rosas moradas, que se han puesto de moda este año, pues ya en la tarde del Sábado de Pasión las llevaba la Virgen del Sol en su palio.
Para detalles, el del equipo del capataz Antonio Santiago con el costalero invidente que se estrenaba ayer bajo las trabajaderas del misterio de La Paz: el parte con los relevos estaba escrito en braille. Aunque en esos palos España Directo había colocado una cámara para retransmitir la salida y las primeras horas de la cofradía y mostrar a los telespectadores cómo trabajan los costaleros sevillanos.
Y entre las curiosidades, una alhaja que después de muchos años lucía la Virgen de la Paz. Formaba parte de su ajuar desde el principio, al menos en las primeras fotos de la dolorosa aparecía con ella, y este año la ha recuperado en su atuendo. El palio plata y completamente blanco pronto se llenó de colorido con las petaladas que recibió tanto a la salida como desde los balcones de la confitería de La Campana.
Detrás y a toda prisa, pese a que en ese momento aún no había acumulado ningún retraso, avanzó la hermandad de La Cena por la Campana. Eso sí, el palio de La Paz salió con unos minutos de retraso de la Catedral. En cualquier caso, el segundo paso de La Cena, el del Cristo de la Humildad y Paciencia, hizo enmudecer a la Campana para escuchar a los niños de la Capilla Musical de María Auxiliadora, que le dedicó durante todo el recorrido motetes, como el Christus Factus Est que Vicente Gómez Zarzuela le dedicó a la Virgen del Valle. Pero también la Virgen del Subterráneo, acompañada por la Banda del Maestro Tejera, impuso, con su estilo clásico y sus varales recién restaurados, el silencio.
Y después llegó la hermandad del presidente del Consejo. Adolfo Arenas pasó por La Campana el año pasado con la vara dorada de hermano mayor de La Hiniesta. En esta ocasión recibió a su cofradía en la Campana, donde prácticamente todos los nazarenos pasaron saludándole y dejándole estampas de su Virgen.
Llegó el Cristo de la Buena Muerte y con él la representación municipal, con el alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, a la cabeza, y Juan Ignacio Zoido, portavoz municipal del PP, así como la concejal de Hacienda, Nieves Hernández. La Policía Municipal de Gala, que ya había pasado abriendo la Carrera Oficial antes de La Borriquita y antecedía el palio de la patrona del Ayuntamiento, anunciaba la llegada del palio de La Hiniesta con los sones de Estrella Sublime, que excepcionalmente tocaba un trío de violines junto a la Banda de la Oliva de Salteras. La dolorosa de San Julián estrenaba ayer una saya blanca bordada en oro con las flores de hiniesta como motivo, que contrastaba, sobre todo de día, con la plata del bordado de su manto y del palio.
Detrás, en Carrera Oficial, entraba la hermandad de San Roque. El leve retraso que dejó La Hiniesta (ocho minutos) fue solventado con la rapidez con la que marcharon los nazarenos de antifaz morado y el paso del Nazareno -que ayer lucía nuevamente túnica bordada- pese a las tres marchas que le tocó la Centuria Macarena. También la Virgen de Gracia y Esperanza, que recibió directamente de la mano de Esther Ortego la rosa que había dejado la hermandad de Jesús Despojado, se meció con delicadeza y tres marchas, incluida Campanilleros, por la Campana.
Entretanto, en El Salvador se produjo la primera gran bulla de esta Semana Santa. El ya casi tradicional caos que se produce entre la entrada de La Borriquita y la salida del Amor se solventó, según el Cecop, sin ningún incidente, aunque algunos de los cofrades que estaban allí se quejaban desesperados. Igual que muchos usuarios del Metro, que se vieron desbordados.
Pronto llegó Triana, con su Estrella, a la Campana. Trianeando, como siempre, por toda Sevilla y como muestra de ese buen hacer la entrega en el inicio de la Carrera Oficial, donde tanto el misterio como el palio mantuvieron de pie al público hasta que se perdía por la calle Sierpes. La Señora de Triana se paseó, sin parar, siempre de frente pero con la delicadeza que caracteriza a esta cuadrilla con un repertorio musical muy parecido al de Gracia y Esperanza, incluida la marcha Coronación de la Esperanza en el año en el que se conmemora las bodas de plata de la coronación canónica de la Esperanza de Triana.
Pese a tanto lucimiento y al estar rodeada de la bulla incluso en la Carrera Oficial, La Estrella no sólo no dejó retraso, sino que recortó los ocho acumulados y tres más.
La hermandad de La Amargura había reservado un lugar privilegiado a los hermanos más antiguos y mayores de 75 años para presenciar la salida. También la corporación, en la que se estrenaba su hermano mayor, José Luis del Pueyo, recuperó ayer la marcha Margot para el palio. Pero en la Campana, el misterio más largo de la Semana Santa de Sevilla avanzó con el ya clásico Silencio blanco. El maravilloso palio lo hizo con la clásica marcha Amarguras, convertida en el himno de la Semana Santa.
El pausado caminar de este palio, mandado por los Villanueva, dejó unos minutos de retraso que El Amor, deseoso de que el público gozara no sólo de su crucificado, sino también de la última dolorosa de la jornada, intentó recuperar.
El silencio que Amargura había dejado en la Campana se mantuvo durante el transcurrir del crucificado de Juan de Mesa, pero enseguida las sillas se quedaron vacías y muchos se perdieron la saya de tisú de oro y pedrería que la Virgen del Socorro lució ayer como estreno.
De este modo se cerraba una jornada perfecta, un Domingo de Ramos sin sobresaltos y, sobre todo, sin retrasos, con una temperatura excelente y con el público volcado con las cofradías.
