Los palcos cual pasarela de excepción llena de modelos, con la Giralda de testigo y la fachada plateresca del Consistorio de fondo. Es la iniciativa planteada por un empresario a Fiestas Mayores, que asegura que "estudiará la iniciativa".
De prosperar la singular propuesta, no se desmontarían los palcos de la plaza de San Francisco tras el paso del palio de la Virgen de la Aurora el Domingo de Resurrección, sino que se mantendrían una semana más porque la idea es dar dos pases de modelos, el jueves y viernes de la semana siguiente, los días 16 y 17 de abril, en un marco excepcional: con la Giralda por testigo y la fachada plateresca del Ayuntamiento, más la también histórica de la sede central de Cajasol, como telones de fondo.
No ha trascendido el nombre del empresario ocurrente, pero la delegada de Fiestas Mayores, Rosamar Prieto-Castro, confirma que la petición existe. Se la ha trasladado de hecho a ella misma de modo oficioso, si bien en breve podría formalizarla porque el asunto no podría ser tan descabellado -otra cosa es lo que opinen las hermandades al respecto-.
Así al menos se lo toma Prieto-Castro, que apunta dos cosas: una, que le ha pedido al solicitante que exprese su propuesta como procede, es decir, por escrito y lo más detallada posible; y segundo, que "vamos a estudiarla", lo que denota que no hay por su parte un rechazo de plano al asunto. Es más, aunque el asunto está aún verde, la delegada, que también es presidenta del Consorcio de Turismo de Sevilla -y, por tanto, piensa también más allá del mundillo semanasantero-, parece más bien receptiva a analizar los pros y contras de la iniciativa.
Llamada a Arenas. Así con todo, en el asunto no sólo tendría algo que decir el Consistorio; también el Consejo de Cofradías. Es este órgano el que explota cada año las sillas y los palcos de la Carrera Oficial, y por tanto el que monta y desmonta las estructuras efímeras. Ayer noche, la delegada contactaba con su presidente, Adolfo Arenas, para avanzarle los términos genéricos de la propuesta y su predisposición a analizar su viabilidad.
El Ayuntamiento es el que otorga licencia de ocupación de la vía pública, y habría que analizar si afectaría en algo al regreso del tranvía hasta la Plaza Nueva, aunque es probable que no. Además, aunque no ha trascendido, lo lógico es que por alquilar dos días ese espacio con los palcos puestos se podría recibir una buena contrasprestación económica, de modo que podría darse el caso de que al Consejo de Cofradías le saliese gratis la operación de montaje y desmontaje, y quizás el Ayuntamiento se diese por satisfecho con el impacto mediático y turístico que le reportaría la celebración de un desfile de modas en tamaño enclave.
Otra cosa será la opinión que provoque la propuesta en el seno de las cofradías y en el de la Iglesia misma. ¿Se vería con buenos ojos que, cuatro días después de haber servido la plaza de San Francisco de epicentro donde escenificar la pasión, muerte y resurrección de Cristo, ese mismo lugar se desacralizara para llenarse de glamour, modelos, flashes, alfombras y famosos? El debate está servido.
