Cultura

Un espía entre dos aguas

Mañana se estrena en los cines Avenida un documental sobre Garbo, el español que trabajó tanto en la inteligencia alemana como en la británica durante la Segunda Guerra Mundial.

el 16 mar 2010 / 18:59 h.

Los cines Avenida estrenan mañana en Sevilla la película documental Garbo, el espía que salvó el mundo, dirigida por el gerundense Edmon Roch.


El filme significó el bautizo de Roch –productor de Siete años en el Tíbet, entre otras– detrás de la cámara. Al respecto, explica que "esta historia me cautivó tanto desde un primer momento que no pensé, como en otros casos, en delegar el guión en nadie que no fuera yo mismo".


Y es que las intrigas, mentiras y dobles juegos del documental hacen que parezca ficción. "Se pensó hacer una película, pero son sucesos tan inverosímiles que... El cine tiene que ser creíble", comenta el responsable. Desde luego, no se equivocó en su elección, porque el trabajo ha arrasado entre los festivales. Además de haber sido premiado con el Giraldillo de Oro y el Goya, la historia de Garbo ha sido llamada a participar en más de 25 festivales de todo el mundo. "Menos a África, vamos a ir a todas partes", bromea el director.


Este éxito se basa en las increíbles aventuras en las que se metió Garbo, nombre en clave del barcelonés Juan Pujol, a raíz del inicio de la Guerra Civil. Según explica Roch, este ciudadano, que era avicultor, no quiso que le llamaran al frente y estuvo durante año y medio encerrado en un piso, viviendo de las limosnas de los pocos allegados que sabían de su paradero. “Es como en El Pianista de Polanski”, apunta. Cansado de esa vida, decide cruzar las líneas, pasar a la zona franquista y establecerse allí con su familia, algo que le costaría correr esquivando balas de fusil.


Terminadas estas peripecias, decidió que había llegado el momento de dejar de escapar y, cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial, intentó alistarse como espía británico. Sin embargo, el hecho de haber cambiado de bando durante el conflicto español le cerró las puertas a cal y canto. Así, en una vuelta de tuerca más, decidió enrolarse en la inteligencia alemana, que sí le aceptó. A partir de ahí, Pujol se pone en contacto con los británicos y comienza a pasarle información falsa a Berlín, “a donde nunca mandó nada que fuera verdadero”, señala el investigador del asunto. Finalmente, el esquivo Pujol mantiene a los alemanes engañados hasta que les hace creer que no había nada preparado en Normandía, lugar en el que desembarcaron las tropas aliadas.


Con estos mimbres asegura su director que Garbo es un éxito de público, pues ha tenido "casi tanto como La pelota vasca, el documental más visto de España".

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