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Un ex policía se encierra en su casa de San Eloy

Un policía nacional jubilado de 90 años, con episodios de demencia, sufrió ayer un trastorno que lo hizo coger una pistola, echar de su casa a la asistenta que lo cuida y encerrarse en su piso del 26 de la calle San Eloy.

el 15 sep 2009 / 21:33 h.

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Un policía nacional jubilado de 90 años, con episodios de demencia, sufrió ayer un trastorno que lo hizo coger una pistola, echar de su casa a la asistenta que lo cuida y encerrarse en su piso del 26 de la calle San Eloy, cuyos vecinos huyeron al enterarse. El jefe de la Policía Local, antiguo compañero suyo, logró quitarle el arma.

Sobre las ocho de la tarde, el hombre, en buen estado físico pero con cierto deterioro mental a causa de su avanzada edad, estaba charlando tranquilamente en su casa con su joven asistenta y un amigo de ésta, que se levantó para ir al baño. Algo debió de alterar en ese momento al anciano, que sacó una pistola y le dijo que se fuera de su casa, amenazando con matarlo. La asistenta, asustada, le dijo que ella también quería salir de la vivienda porque el joven se había llevado su teléfono móvil. El anciano le abrió la puerta para que se fuera, sin ponerle pegas, y se quedó encerrado en el piso.

La chica alertó a los vecinos del bloque, que al enterarse salieron por sí mismos del edificio y alertaron a la Policía. Los primeros en llegar fueron agentes del Grupo Giralda, que patrulla por el Centro sin uniforme, y que a su vez informaron al jefe del cuerpo municipal, José Aulet, que casualmente es policía nacional en excedencia y conoce al antiguo inspector de sus años de trabajo en el Cuerpo Nacional.

Por eso, mientras la Policía Nacional acordonaba la calle para evitar cualquier riesgo y contactaba con la hija del anciano, Aulet subió a la vivienda acompañado de varios agentes de ambos cuerpos y logró quitarle la pistola. "No ha sido nada, no ha habido problemas", insistía el jefe policial, convencido de que había sido "una enajenación transitoria que se le va a pasar" y restándole importancia a lo ocurrido.

La Policía pidió luego a la asistenta que subiera para hablar con él, ya que el hombre se encontraba mucho más tranquilo. La joven explicó a los agentes que trabaja en la casa desde hace año y medio y que nunca había asistido a actitudes violentas ni a desvaríos de importancia, tan sólo a momentos puntuales en los que se desorientaba un poco.

El hombre salió en ambulancia para ser atendido en un centro hospitalario, mientras en los soportales los vecinos insistían efusivamente en que se trata de "una muy buenísima persona, que ha sufrido mucho porque ha tenido una hija que está enferma, pero nunca ha hecho mal a nadie, y que ha debido de tener un mal momento". El hombre enviudó hace varios años y vivía con su única hija, según explicaron.

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