A las 23.48 horas del lunes, un fogonazo de luz ilumina de pronto la tercera planta de la residencia de ancianos Aurora, en el número 98 de Marqués de Nervión, y segundos después una llamarada traspasa la puerta de una habitación e irrumpe en el pasillo. El vídeo de la cámara de seguridad del geriátrico en el que la madrugada del lunes al martes murieron seis personas muestra un estallido de luz más intensa de lo normal y que se produce al mismo tiempo en zonas cuyas luces se activan con interruptores distintos. La Policía Científica ve ahí el fallo eléctrico, seguramente una subida de tensión, que prendió algún cable del dormitorio e inició el incendio que arrasó toda la planta. En el cuarto fue encontrada una mujer completamente calcinada.
Los investigadores han determinado que el fuego comenzó donde estaban enchufadas la cama eléctrica de la anciana que dormía en el cuarto y el compresor que suministraba aire al colchón para que se moviera y la mujer no sufriera llagas por su inmovilidad. No había enchufes múltiples que pudieran sobrecargarse. Pudo ser una chispa porque el enchufe o el cable se hubieran deteriorado, algo "que ocurre en todos los enchufes de plástico con el tiempo, por eso siempre aconsejamos que se usen los de porcelana", explicó el inspector jefe del grupo de Delitos Violentos de la Policía Científica, que descartó que hubiese intención criminal. En el cuarto también había un aire acondicionado, pero no fue lo que ardió.
Por las marcas que han dejado las lenguas de fuego, la Policía sabe que la combustión fue lenta porque no hubo ningún acelerante, ni siquiera accidental -como un bote de laca o de colonia-, que potenciara las llamas.
El humo que salió de esa habitación asfixió a cuatro personas que fueron halladas muertas en la planta, la tercera y última del edificio. Los investigadores consideran que fallecieron dormidos y que "probablemente ni se enteraron", incluida la mujer que luego quedó calcinada por las llamas. Las víctimas eran tres mujeres y dos hombres. Ya en el hospital murió una cuarta mujer, la sexta víctima de esta tragedia.
Todos los datos tendrán que ser verificados con los análisis de las muestras enviadas al laboratorio para ratificar estas primeras conclusiones. Los policías pasaron ayer el día entero escudriñando "centímetro a centímetro" la habitación de la que partió el fuego, explicó el comisario del distrito, José Martínez de Mandonjana. Pero tuvieron dificultades para coger muestras porque el dormitorio quedó calcinado.
Ocho minutos. El fogonazo se produjo a las 23.48, y el teléfono de emergencias 112 recibió el primer aviso a las 23.56, sólo ocho minutos después. Por desgracia, en ese tiempo una habitación de tamaño medio tiene tiempo de sobra para llenarse de humo hasta niveles mortales -hay vídeos en internet que muestran cómo arden por completo en dos minutos-.
Los Bomberos fueron avisados un minuto después. El primer vehículo del Parque Central llegó desde San Bernardo en cuatro minutos y medio, seguido por coches de otros dos parques. Se les adelantaron Policía Local y Nacional, que llegaron en tiempo récord y comenzaron a sacar a ancianos en brazos, con una cadena humana en la que ayudaron los vecinos.
El jefe de Delitos Violentos dijo que en la inspección ocular de la tercera planta de la residencia vieron que había señales de manos manchadas de humo en las paredes, las que dejaron policías y bomberos al sacar a las víctimas "en una zona en la que el humo llegaba a la cadera, por lo que fue casi suicida quedarse allí porque te puedes asfixiar", explicó el mando policial, que felicitó a sus compañeros por su actuación.Aparte de los fallecidos, 11 víctimas ingresaron en hospitales por inhalación de humo o quemaduras. Los que han sido dados de alta han sido llevados a varias residencias de la Junta.
