A principios de abril, un interno mordió a un funcionario de la prisión Puerto III de El Puerto de Santa María (Cádiz). El pasado 15 de marzo, un reo clasificado como conflictivo y peligroso la emprendió a puñetazos y patadas con tres vigilantes del centro penitenciario de Córdoba. En enero, varios presos se amotinaron durante tres días en la cárcel de Morón de la Frontera (Sevilla) e intentaron agredir a varios funcionarios.
Son algunas de las agresiones denunciadas por los sindicatos, que no dudan en hablar de un aumento de este tipo de incidentes que atribuyen, por un lado, a la creciente masificación de las cárceles, y por otro a un déficit endémico de personal que no hace sino agravarse con el recorte en la oferta de plazas.
El sindicato de funcionarios de prisiones Acaip cifra el nivel de hacinamiento de las cárceles andaluzas, también denunciado por el Defensor del Pueblo Andaluz en su último informe, en un 169,29%. Según un informe elaborado por este sindicato, hay 17.754 internos en 14 centros (entre prisiones tipo, centros de inserción social y el psiquiátrico penitenciario de Sevilla) con una capacidad 10.413 celdas funcionales.
Mientras la tasa de funcionarios directamente encargados de la vigilancia de los reos y en contacto directo con éstos, al margen del personal de oficina, psicólogos, médicos, profesores y demás personal, se sitúa en uno por cada 70 internos, según José Antonio, el responsable regional de Acaip que evita dar más datos sobre su identidad. "Como mínimo habría que duplicar esa tasa", subraya.
Tanto el responsable de Acaip como su hómologo de CSI-CSIF, Juan José Gómez, coinciden en denunciar que, lejos de mejorar esa ratio, la última oferta pública de empleo recorta sustancialmente las plazas al pasar de 1.123 plazas para el cuerpo de ayudantes (los vigilantes) en 2009 a 230 este año para toda España. Al igual que el resto de empleo público, el Gobierno ha aplicado la austeridad a esta oferta de personal al reducir la tasa de reposición (cobertura de jubilaciones) del 15 al 10%.
El recorte, según Gómez, también se ha producido en el presupuesto de Instituciones Penitenciarias destinado al mantenimiento y conservación de los centros, lo que influye en la eficacia de los sistemas de seguridad y a su juicio favorece incidentes como el registrado en la prisión de Sevilla donde en febrero se fugaron dos presos y fallaron todas las alarmas.
El presupuesto de 2010 para Instituciones Penitenciarias es de 1,2 millones de euros, además de 32.674,35 euros para trabajo, formación y asistencia a reclusos, lo que supone un 5,5% más que en 2009 según el Ministerio de Interior. De este presupuesto, 879.252,23 euros se destinan a gastos de personal, 29.775,08 euros a reparaciones, mantenimiento y conservación de los edificios y 247.857, 46 euros a material, suministro y otros.
A la progresiva masificación de las cárceles y el creciente déficit de personal, los sindicatos añaden un tercer factor más coyuntural que agrava la situación en las prisiones: "la moda de las películas carcelarias", como la española Celda 211, afirma el representante de Acaip. "Los presos ven este tipo de películas y piensan que los de antes sí que eran chulos y tal, e imitan conductas", asegura el portavoz sindical.
