Ni un cortocircuito ni un calentamiento. Un gato podría haber sido la causa del aparatoso incendio que tuvo lugar el domingo por la noche en un transformador eléctrico de Endesa situado en una esquina del centro comercial Los Arcos. El percance provocó llamas de más de diez metros de altura, desvíos de tráfico y 6.000 vecinos de barrios colindantes afectados por cortes de luz.
Las primeras investigaciones apuntan a que el animal se colocó en las instalaciones y en su discurrir provocó el incendio, según confirmaron ayer a este periódico fuentes de la compañía Endesa. Los operarios que acudieron a reparar el transformador descubrieron al felino dentro totalmente calcinado, por lo que todo se baraja como detonante del fuego. No obstante, continúan las investigaciones para precisar que derivó en aquella situación.
Por suerte, el suceso, que no afectó al centro comercial, fue más aparatoso que grave y poco más de una hora después el fuego estaba controlado, el tráfico restablecido y no había que lamentar ningún herido, tan sólo daños materiales.
Varias explosiones y las enormes llamas llamaron la atención de los vecinos sobre las 22.45 horas del domingo. En el McDonalds de Los Arcos, ocho trabajadores fueron avisados por el guardia de seguridad de que debían desalojar. Podíamos tener 60 clientes, pero siguieron comiendo tan tranquilos, no te creas, dijo una de las empleadas. Algo similar pasó en otros bares próximos, como Gambrinus o los Cien Montaditos, y las salas de cine. Pero la gente salía muy tranquila, insistieron los trabajadores. Aquella misma noche, Endesa comenzó de inmediato con las tareas de reparación, topándose aquella misma noche con el citado animal.
