El A400M abrió el jueves una nueva etapa en la historia industrial de la ciudad. Y, como maestro de ceremonias, el Rey Juan Carlos, que ensalzó el "magnífico" fruto de la "leal" cooperación entre los nueve países artífices del proyecto. El avión salió por primera vez del hangar pintado y con los motores instalados. Y no defraudó.
Enormes eran las expectativas que se habían generado en la presentación en sociedad del avión de transporte militar A400M. Y, llegado el momento y tras un espectáculo aliñado con sabor flamenco y acrobacias aéreas, dio la cara ante el júbilo, primero de los trabajadores, y después del resto de invitados al evento.
Un acto que se celebró en las nuevas instalaciones de montaje final de EADS-CASA junto a San Pablo y en el que no faltaron los mensajes de suerte dirigidos al monarca a cuenta de la cita futbolística de horas más tarde.
"Es un día excepcional para nosotros". El Rey Juan Carlos, encargado de presentar el avión y dar el pistoletazo de salida al acto, no ahorró palabras de elogio para un proyecto que viene dar una "eficaz respuesta" a la demanda de los países que le dieron la vida.
Varios cientos de trabajadores de la planta de San Pablo, luciendo camiseta conmemorativa y arropando en todo momento al avión, escenificaron con una suelta de globos la presentación pública del A400M, cuyas piezas han ido llegando a Sevilla procedentes de medio mundo desde el año pasado. Pero su bautizo es sólo el principio.
Y es que el A400M, que viene a ocupar un hueco desatendido en el transporte militar, fue calificado por el monarca como un producto "de muy avanzada tecnología, capaz de atender los más exigentes requerimientos aeronáticos del mundo y cubrir las actuales necesidades de transporte táctico y logístico". Y mostró su "satisfacción" por que Sevilla se convierta, al albergar la planta de montaje final de este avión, en uno de los principales polos aeronáuticos junto a Toulouse y Hamburgo.
El Rey aseguró compartir la "alegría" y el "orgullo" por el trabajo que ha desembocado en una cita histórica como la del jueves en Sevilla, y resaltó que esta aeronave "de vanguardia, veloz, versátil y de gran capacidad" es el fiel reflejo de "modelo de leal cooperación" industrial entre todos los países participantes: Bélgica, Francia, Alemania, el Reino Unido, Turquía, España, Luxemburgo, Suráfrica y Malasia.
Un avión que está concebido, señaló el monarca, para atender el despliegue de tropas y equipos y las misiones humanitarias y de reacción ante catástrofes naturales. El Rey encandiló a los presentes en los momentos del ágape, en los que saludó a numerosos trabajadores que se le acercaron y con los que departió amistosamente.
Con historia . El presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, cuyas palabras abrieron la ronda de discursos, enarboló el papel de comunidad anfitriona y puso de relieve que "la fuerza de Europa, a la que veces se le achacan bastantes problemas, late detrás de esta aeronave". Un proyecto que, como apuntó, hacen crecer a España y a Anbdalucía en su dimensión económica y tecnológica.
Chaves aprovechó la ocasión para recordar el fehaciente apoyo público para llegar a la realidad de ayer que, traducida en cifras, supuso un desembolso económico del entorno de los 60 millones, una quinta parte de la inversión total de la planta de montaje.
Pero Manuel Chaves utilizó su tribuna para presentar al mundo la industria aeronáutica andaluza, integrada por 130 empresas, con 7.000 trabajadores y un volumen de facturación de casi mil millones. Pero ahondó en que el futuro pasa "por consolidar nuestra presencia en proyectos clave como el A380 y el A350", para lo que es "imprescindible" realizar un esfuerzo en pro de la colaboración y la concentración empresarial "que nos permitan afrontar la competencia a escala mundial", afirmó.
El consejero delegado del consorcio europeo EADS, matriz de EADS-CASA, Louis Gallois mostró su confianza en que otros países caerán rendidos a las ventajas del A400M, "única en su categoría".
Para Carlos Suárez, presidente de EADS-CASA, el del jueves fue el día de la "armonización" de Europa, y puso de manifiesto que, pese a las dificultades existentes -el programa lleva seis meses de retraso y existe el riesgo de que aumente a otros seis- se ha demostrado que "ningún obstáculo en el camino ha sido insuperable". Y un último favor a la plantilla: que sigan trabajando como hasta ahora porque la carrera "aún no ha acabado". No ha hecho más que empezar.
