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Un Gobierno abierto en Jueves Santo

Habrá quien considere que detrás de la suspensión de las vacaciones de Semana Santa del presidente Zapatero y de los ministros que estrenan cartera en el Gobierno de la Nación se esconde una mera operación de marketing que busca dar la sensación de actividad y desterrar cualquier impresión de vacío que pueda generar un cambio tan brusco como el que se ha vivido a principios de esta semana de pasión.

el 16 sep 2009 / 01:08 h.

Habrá quien considere que detrás de la suspensión de las vacaciones de Semana Santa del presidente Zapatero y de los ministros que estrenan cartera en el Gobierno de la Nación se esconde una mera operación de marketing que busca dar la sensación de actividad y desterrar cualquier impresión de vacío que pueda generar un cambio tan brusco como el que se ha vivido a principios de esta semana de pasión. No les falta algo de razón. La sucesión de reuniones de altos cargos en una mañana como la de ayer no deja de tener el aspecto de una escenificación forzada. La política del Ejecutivo no saldrá fortalecida porque algunos de sus ministros fijen reuniones a las cinco de la tarde de un Jueves Santo o porque Zapatero haya decidido no ir a Doñana, pero sí es cierto que vivimos en una sociedad de la información donde cuentan mucho los mensajes que se trasladan a la opinión pública mediante determinados gestos y actitudes. La situación económica no permitirá que los nuevos ministros cuenten con los cien días de gracia que se presuponen a quien asume una responsabilidad política, por lo cual es lógico que empiecen a trabajar en plenitud desde el día en el que toman posesión de sus departamentos. Así al menos se evitan percepciones de interinidad e indefinición que serían muy contraproducentes. Zapatero ha reforzado su Gobierno para dar una imagen de impulso y peso político en el combate de la crisis, y contra eso no hay descanso ni en Semana Santa, como han podido comprobar ya algunos integrantes del nuevo equipo. Entre ellos, el vicepresidente Manuel Chaves, que en menos de 24 horas ha recibido críticas aceradas desde el PP por algunas de sus decisiones como presidente de la Junta y ha sufrido las primeras exigencias desde el nacionalismo catalán, en el que se incluye al PSC del president Montilla, para que cumpla con las pretensiones de Cataluña en materia de financiación y competencias.

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