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Un gran globo para escapar de la violencia

El Instituto Andaluz de la Mujer edita un cuento infantil para niños expuestos al maltrato.

el 24 jun 2013 / 21:04 h.

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IAM Soledad Ruiz“Salió el sol, sus rayos se colaron por la ventana y despertó. Se frotó los ojos para observar a su alrededor, no estaba en casa. Comprobó con gran asombro que se encontraba dentro de un gran globo. Así fue como comenzó a vivir en aquel globo misterioso y desconocido”. De este modo arranca un libro infantil dirigido a niños que viven en su entorno familiar la violencia de género, sobre todo aquellos que se encuentran en centros de acogida. Una niña es la protagonista y el hilo conductor de la historia. Pasará de los primeros momentos de incertidumbre que le provoca todo el proceso –la salida del hogar para estar en un lugar desconocido– a vivir otras sensaciones, como la seguridad, la felicidad o la protección. El globo gigante, así, se convierte en la metáfora de los centros de acogida por su carácter transitorio, al ser un viaje de ida y vuelta. La directora del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM), Soledad Ruiz, fue la encargada de presentar esta iniciativa literaria con textos de Susanna Isern e ilustraciones de Silvia Álvarez. La primera de ellas es una psicóloga experta en intervención logopédica, mientras que la segunda es una diseñadora gráfica e ilustradora que da vida a una serie de personajes con los que los menores pueden identificarse fácilmente. En concreto, El viaje en globo, que es el título del cuento, va dirigido específicamente a menores de hasta 12 años que residen en centros de acogida y su fin último es minimizar las consecuencias negativas de la exposición a la violencia de género en la infancia. De esta forma, la iniciativa pretende reducir el impacto producido por las experiencias vividas y la disgregación del núcleo familiar, así como facilitar el proceso de acogida a los menores que ingresan junto a sus madres en estos centros. Mediante la identificación con los personajes protagonistas de la historia, la obra intenta facilitar el proceso de adaptación a la situación de acogida –dejar su casa, cambiar de colegio, de ciudad o convivir con otras personas a las que apenas conoce– con las mínimas consecuencias traumáticas, al tiempo que contribuye a la incorporación de valores positivos y a la creación de un ambiente de seguridad y respeto. “Es una reivindicación del Instituto Andaluz de la Mujer y de la Junta desde hace años hacer visibles a esos menores y también a las necesidades que se les plantean porque son víctimas directas y sufren, por ello, graves patologías psicológicas, emocionales, sociales, cognitivas y físicas en función del tipo de exposición a dicha violencia, ya sea como testigo, como víctima directa o como participante”, explicó ayer Ruiz. En concreto, en la provincia de Sevilla han pasado 129 niños por centros de acogida en lo que va de año. Desde su puesta en marcha en 1998, esta red de centros ha atendido a 40.939 personas, 18.022 de ellas mujeres víctimas y 22.917 menores. El proyecto contempla la impresión de 1.000 ejemplares del cuento, así como la realización de un mural gráfico de gran tamaño que sirva como elemento de bienvenida en los centros de acogida. En él se ofrece un mensaje claro de cuáles son las características especiales de su nueva residencia, así como normas y derechos para respetar o la convivencia con otras personas. Los textos del cuento y del mural serán además traducidos a varios idiomas –inglés, francés, árabe, ruso y rumano, los más usados en los centros, según Ruiz, más allá del castellano– y estarán disponibles como herramienta de apoyo en estos espacios, de modo que la gran mayoría de las personas acogidas puedan leerlo y entenderlo. Asimismo, se prevé en una segunda fase del proyecto la edición digital del libro, lo cual permitiría llegar a un mayor número de lectores y ofrecer herramientas de interacción. El proyecto se suma a los recursos específicos con los que cuenta el Servicio Integral de Atención y Acogida para atender a los menores hijos de víctimas de violencia de género, con los que se trabaja especialmente en la recuperación psicoafectiva y social, el desarrollo de nuevos valores igualitarios de convivencia y la prevención de conductas imitativas de la violencia.

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