El tanque de tormentas ubicado en la Alameda de Hércules de Sevilla ya está preparado, después de "dos años y medio de obra", para recibir las aguas que procedan de posibles lluvias torrenciales; dicha estructura se construyó aprovechando una instalación de la década de los años 70 habilitada con motivo de una boca de metro cuya construcción iba a llevarse a cabo en dicha fecha.
En declaraciones a los periodistas, el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín (PSOE), que visitó las obras junto al consejero delegado de la empresa metropolitana de aguas de Sevilla (Emasesa), Manuel Marchena, manifestó que "nos hemos ahorrado muchísimo dinero", --cuatro millones de euros--, reutilizando esta infraestructura y habiendo invertido finalmente una cantidad próxima a 1.900.000 euros.
Asimismo, Monteseirín comentó que este tanque de tormenta servirá para que "en circunstancias extremas", cuando las aguas desbordan cualquier previsión de tuberías, sea un "colchón" que hace que sustraiga gran parte del caudal, acumulándolo aquí para ir suministrándolo a la depuradora, con el objeto de que finalmente acabe en el río.
Del mismo modo, indicó que "esperemos que no ocurra", refiriéndose a circunstancias tales como las lluvias torrenciales, y añadió que "será más habitual para momentos en los que las primeras aguas que limpian la ciudad se depositen aquí".
Por su parte, el consejero delegado de Emasesa señaló que este tanque "ojalá nunca tenga que funcionar" y coincidió en las declaraciones del alcalde en cuanto al ahorro que ha supuesto su construcción al haberse aprovechado la oquedad con motivo de la construcción de un metro para la ciudad.
SOBRE EL TANQUE DE TORMENTAS
Este tanque de tormentas permite encauzar las aguas pluviales en momentos de "fuertes lluvias" y cuando las redes de saneamiento se encuentran saturadas, evitando las inundaciones que en esa zona de Sevilla históricamente se venían produciendo como consecuencia de la falta de capacidad de las redes de saneamiento de la zona, tratándose de uno de los puntos de menor cota topográfica de la ciudad de Sevilla.
Con el tanque de tormentas se retiene parte del volumen que aportan las escorrentías de las precipitaciones a la red de saneamiento y se reduce por laminación y almacenamiento los caudales pico. Se trata de hacer circular por la red el caudal máximo que la red permite sin que llegue a su saturación.
Así, la ejecución de uno de estos tanques está justificada en el caso de agotamiento de la capacidad real o potencial de las redes de cuencas urbanas con una densidad importante de viviendas, tráfico y servicios afectados, lo que hace desestimar una solución convencional de aumento de las dimensiones de los colectores principales o alivio de los puntos de avenida no vehiculables, y evitar así las "molestias" que estas importantes obras provocan en la ciudadanía.
Los tanques de tormenta son una "buena alternativa" para alcanzar los niveles de servicio crecientes que se demandan en las redes de saneamiento en presencia de precipitaciones en cuanto a "necesidades de espacio concentradas" y "menores afecciones actuando en un punto", puesto que tienen un "efecto global" sobre el funcionamiento hidráulico de la red.