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Economía

Un gran yacimiento económico y laboral con nueve enclaves

Nueve proyectos mineros ya diseñados o en proceso de investigación aunque con perspectivas muy halagüeñas tienen comprometidos 1.200 millones en Huelva, Sevilla y Granada, con una estimación de 3.000 empleos. Pero la clave no está tanto en las multinacionales en sí como en su poder de arrastre sobre la industria auxiliar.

el 16 jun 2014 / 00:32 h.

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Nueve proyectos mineros en estos momentos en diseño, todos en la faja pirítica de Huelva y Sevilla salvo uno en la comarca granadina del Marquesado, tienen a día de hoy comprometidas inversiones que suman 1.200 millones de euros. Uno de ellos está muy avanzado: Riotinto; otro está en fase de reapertura: Aznalcóllar; un tercero tiene presupuesto: Sotiel; otros tres se investigan con muy buenas expectativas: Magdalena, Masa Valverde y Paymogo; el séptimo se transformará de cielo abierto a subterráneo: Aguablanca; el octavo trata de aclara su situación administrativa: Alquife; y el último atañe a las prospecciones iniciadas por Las Cruces en su propio entorno. Corta de la mina sevillana de Aznalcóllar. 7 EL CORREO Corta de la mina sevillana de Aznalcóllar. / EL CORREO A día de hoy, es lo que hay. En dos o tres años como máximo, las estimaciones de la Consejería de Economía hablan de «seis o siete» complejos en explotación, sumando los tres actuales: Las Cruces, Aguas Teñidas y Aguablanca. «La gran mina de la faja pirítica está aún por descubrir y, en ella, además, la actividad está garantizada durante décadas», sostiene Francisco Moreno, el presidente de la patronal Aminer. Sí, hay mucha confianza en una industria otrora denostada y que el desastre ecológico de Aznalcóllar –del que ya se han cumplido 16 años y está grabado a fuego en la memoria colectiva– contribuyó a denostar aún más. Se suele decir que hasta que explote el primer barreno o entre una picota en una mina, el proyecto no se hace realidad. No es así. Porque cuando aparece el uno o la otra, hay muchos meses previos –e incluso años–, muchos trabajadores empleados (los que participaron en la investigación, los que ejecutaron los movimientos de tierras, los que condujeron los camiones, los que construyeron la planta para procesar el mineral o tratar el agua) y también muchas las empresas contratadas (las de áridos, las de maquinaria, las de hormigón, las de transportes...). Como sostiene María José Asensio, directora general de Industrias, Energía y Minas de la Junta de Andalucía, cuando arranca el mineral, es la compañía minera la que también comienza a ganar dinero, «pero antes ha metido 200 o 300 millones de euros» que han beneficiado a su entorno empresarial y laboral. Se queda extrañada al preguntársele cuándo el sector estará boyante. «Lo está ya. En España hay cuatro minas metálicas, y tres de ellas están en la faja pirítica de Huelva y Sevilla: Las Cruces, Matsa y Aguablanca». Es más, agrega: sólo en Sevilla y Huelva hay aprobadas investigaciones que superan los 30 millones de euros «y que, como investigaciones que son, pueden quedar en nada. ¿Qué industria hace eso? ¿Qué industria tiene una previsión mayor de inversión?». Los 1.200 millones citados al principio son una estimación, puesto que de salir adelante los proyectos ahora en fase de investigación y sin presupuesto total concebido, el volumen sería mayor. Como promedio, 200-300 millones. Francisco Moreno pone cifra a la facturación de la actividad minera de las empresas socias de Aminer –las hay que no son estrictamente mineras–, y fue de 650 millones en 2013, con cálculo de 700 este año, cuando se prevén inversiones de 300, en un 2014 decisivo para Riotinto. Antes de ir proyecto por proyecto –que conste: sólo lo nuevo, no las inversiones internas en las vetas ya en explotación–, un detalle más a tener en cuenta. Portal minero de la Junta de Andalucía. A 31 de mayo, más de 71.000 visitas –y quien visita no es por gusto, normalmente son profesionales y directivos del negocio–. De ¡80 países! Parece que hay interés por lo que aquí se hace. Empecemos por el complejo de Aguas Teñidas, de la compañía Matsa y ubicado en Almonaster la Real. Está en explotación, con una planta de tratamiento del metal, con una capacidad total de 2,2 millones de toneladas al año, y otra está en fase de construcción que tendrá idéntico volumen. ¿A esta última cómo se le dará de comer? La compañía, filial de la multinacional suiza Trafigura Beeher BV, especializada en la comercialización de metales no ferrosos, está empeñada en la reapertura de la mina Sotiel, en Calañas, que tras el permiso de investigación, ha pasado al trámite de concesión de explotación. Sotiel arroja unas reservas estimadas en 4,7 millones de toneladas de cobre, zinc, plomo, plata y oro, y necesita 300 millones de inversión –la empresa dice tener garantizada la financiación–. Este proyecto se localiza a 35 kilómetros de Aguas Teñidas, donde a sólo unos cuantos, en el vecino poblado de Cueva de la Mora, Matsa también ha detectado una veta nueva en el yacimiento Magdalena, que sólo en investigación se llevará 28 millones y que cuenta ya con permiso de explotación para unos recursos (reservas más resto de minerales) cifrados inicialmente en 6 millones de toneladas. Pasamos a Riotinto. Dentro de la compleja tramitación –y jerga– de la burocracia minera, EMED Tartessus ya tiene «transferidos» por parte de la Junta de Andalucía los derechos de explotación, que en menos de un año será realidad. Su generación de empleos ya ha arrancado y se reforzará en otoño para acondicionar la planta industrial. Nada más y nada menos que 315 millones de inversión –100 ya desembolsados– por parte de EMED Mining, la matriz (sede corporativa en Chipre y cotización en las bolsas de Londres y Toronto). Siguiendo en Huelva, los dos permisos de investigación más interesantes hasta ahora son los que atañen a los yacimientos Masa Valverde y Paymogo. El primero radica entre las localidades de Valverde del Camino y Beas, ganado por la compañía Cambridge Minería España, filial de Cambridge Mineral Reosurces PLC. Tan sólo en rastreo desembolsará 6 millones y creará 40 empleos. Las estimaciones del grupo: medio millón de toneladas de zinc, 150.000 de plomo, 60.000 de cobre, 16 millones de onzas de plata y otras 300.000 de oro. Los primeros contratos para estrenarse –comentan– están ya listos. El segundo, una veta entre Paymogo y Puebla de Guzmán, ha recibido una inyección de 22,7 millones por parte de Matsa, y según la Administración regional, la cosa pinta bien. Sevilla y su Aznalcóllar. Sorprendió del inicio del concurso internacional que no se presentaran los grupos que, hoy por hoy, acaparan la minería metálica andaluza. Asensio, sin embargo, no se sorprende tanto. «El porqué no lo sé. Cada empresa tiene su modelo de negocio y sus formas de explotación. Matsa es filial de un trader mundial de materias primas, mientras que Cobre Las Cruces lo es de una matriz minera; la explotación de Aguas Teñidas que realiza Matsa es interior, mientras que Las Cruces es a cielo abierto. En el tablero mundial donde juegan, ellos deciden dónde y cuánto invierten». Planta industrial aún abandonada de la mina de Aznalcóllar. / EL CORREO Planta industrial aún abandonada de la mina de Aznalcóllar. / EL CORREO Aun así, la previsión manejada en Economía indica que los trabajos previos se iniciarán en primavera. «Y en año o año y medio» la extracción de zinc (el metal principal), cobre, plomo y cantidades menores de plata y oro será una realidad. En Sevilla la reina es hoy Cobre Las Cruces. Al margen del impresionante complejo de Gerena, Salteras y Guillena, ojo a esto: está investigando en el entorno con el objetivo de alargar la vida del yacimiento, trabajos para los que se destinarán, por ahora, 5 millones de euros. No salimos de Sevilla. Casi siempre que hablamos de minería andaluza suele olvidarse la presencia del importante yacimiento de Aguablanca, quizás porque, al ser compartido por dos comunidades, la andaluza y la extremeña, sus competencias recaen sobre el Estado. Gestionada  por la multinacional canadiense Lundin Mining y dedicada al cobre y, sobre todo, al níquel, quiere pasar de una explotación a cielo abierto a otra subterránea con la finalidad de tener vida hasta 2018. La inversión: 30 millones de euros. En Granada y Jaén existen permisos de investigación concedidos que están arrancando (en estaño y plomo). Pero hablar de minería granadina es hacerlo de Alquife. Como en su día lo fuera Riotinto, este caso también es administrativamente complicado, porque media una compraventa de derechos de explotación pero no permisos de investigación –aquí estriba la complejidad burocrática–. Según la Junta, hay que asegurarse de que quien ha adquirido este complejo férreo, Minas de Alquife Holding, es solvente financieramente y tiene un proyecto correcto desde el punto de vista minero, ambiental y económico, no basado en meras estimaciones. La inversión para reabrir este yacimiento, cerrado en 1996 por la caída del precio del hierro y los altos costes de transporte del metal, es elevada: 200 millones de euros. 350 serían sus empleos directos y unos 1.400 indirectos. «En cualquier caso, nos estamos sentando con la empresa para, si es posible, que salga ya, y ya es a finales de año; y si no es posible, también, yo creo que sí, vamos por buen camino. Soy consciente de que la comarca del Marquesado está deseando que este proyecto salga adelante, aunque tampoco se pueden generar falsas expectativas», argumenta la representante de la Administración autonómica. Y hasta aquí, lo que hay. Sí que existe una gran mina aún por descubrir, tal y como apuntaba Moreno. Y también un gran yacimiento de empleo: tanto como 3.000. ¿Cuál es el impacto en los pueblos mineros? ¿Cuál es el impacto de la implantación de una compañía minera en su entorno? Al margen de estimaciones de la Junta de Andalucía, de la patronal Aminer y de las propias empresas, hay un informe independiente elaborado por el Centro de Investigación Internacional de en Inteligencia Territorial –donde participan las universidades de Córdoba y Huelva– que trata de poner números en 32 municipios de las provincias sevillana y onubense sobre tres variables principales: población, actividad y riqueza. Como tractores, los yacimientos de Cobre Las Cruces y Aguas Teñidas. Sobre la evolución poblacional en el conjunto de la zona, entre los años 2009, año de arranque de ambos proyectos, y 2012 el crecimiento fue del 3,1 por ciento –frente al 1,9 por ciento del resto de los municipios de ambas provincias–, porcentaje equivalente a 4.500 vecinos más, con un rejuvenecimiento de los pueblos. En el terreno laboral, el aumento de los afiliados a la Seguridad Social en el área de influencia minera fue del 34,68 por ciento entre 2010 y 2012 –recorte del 8,3 por ciento del resto de localidades–. Y, por último, en cuanto a los indicadores socioeconómicos y de nivel de vida, el índice de actividad escaló un 8,26 por ciento en el área analizada –la contraposición: bajada del 4,34– y la industria cayó la mitad (4,9 por ciento) que en las otras localidades.

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