Rajoy, solo en el Hemiciclo ya sin diputados, únicamente asediado por los fotógrafos, mira al infinito buscando quizás la complicidad que no encontró en su debate de investidura. El sexto presidente de la democracia lo es con el apoyo exclusivo de los suyos (UPN y el partido de Cascos son de facto extensiones del PP).
De nada han servido los llamamientos que ha hecho al diálogo y a la unidad de todos. La oposición no está dispuesta a darle un cheque en blanco a un partido que, además, tiene una mayoría absoluta aplastante. El apoyo se cotizará alto en esta X legislatura.
En la imagen, Rajoy se aferra a su cartera negra. A la misma de la que sacó el discurso con el que se ha proclamado presidente del Gobierno sin desvelar dónde meterá la tijera para recortar nada menos que 16.500 millones de euros, el doble de lo que supuso el plan de ajuste de Zapatero en mayo de 2010. El nuevo presidente del Gobierno, que jura ante el Rey Don Juan Carlos su cargo, no ha sucumbido a la presión social, política y mediática por conocer cuáles son las malas noticias que tiene que dar a los españoles.
Rajoy ha dejado claro en su debate de investidura que no cederá en su determinación de administrar los tiempos, las noticias y las medidas. Para conocer la letra pequeña de su programa de Gobierno habrá que esperar hasta finales de marzo, cuando presentará los presupuestos generales, después de las elecciones autonómicas de Andalucía, donde el PP tiene la oportunidad histórica de arrebatar el poder a los socialistas después de 30 años de gobierno del puño y la rosa.
En la misma instantánea, Rajoy esboza una sonrisa picarona porque sabe que los suyos están de los nervios. Ayer más de uno no durmió esperando la llamada del líder que le aúpe a un ministerio. Las quinielas son múltiples, variadas, aunque con una única coincidencia: Soraya Sáenz de Santamaría ocupará un puesto de máxima relevancia en el Ejecutivo de Rajoy. Se ha dejado la piel en los últimos ocho años y ha estado al lado de su jefe en los momentos más difíciles (caso del congreso de 2008 en el que Aguirre maniobró para destronarlo).
Los adivinos calculan que el nuevo Gobierno contará con doce o trece carteras. También dan por seguros a Cristóbal Montoro, Ana Pastor y Alberto Ruiz Gallardón y como posibles a Ana Mato, Miguel Arias Cañete y a José Manuel Soria. De Andalucía suenan con fuerza para cargos de alta responsabilidad los nombres de Elvira Rodríguez (que fue ministra de Medio Ambiente) y de la diputada por Huelva Fátima Báñez.