Columnas de mármol que se levantan en los dos patios centrales, botijos que hacen de maceteros, cortinas de esparto, naranjas que no estorban, que decoran? Es lo que uno se encuentra al cruzar la majestuosa puerta de Hospes Las Casas del Rey de Baeza.
Tradición, luz y sabor andaluz que resurgen desde los corrales de vecinos del siglo XVIII, hasta convertirse en el 2001, en un espacio moderno y respetuoso con la impronta histórica en pleno centro de Sevilla.
¿Por qué olvidar las diferentes culturas que han pasado por la ciudad? Muchos caen en ese error, enarbolando eufóricos la bandera de la modernidad. La cadena de hoteles Hospes no. Ellos mantienen la arquitectura típicamente sevillana, reuniendo en un mismo espacio lo rústico con lo minimalista.
Al entrar, las vigas de madera teñidas de añil son las que guían el paso del huésped, llevándolo a cada una de sus 41 habitaciones o a las zonas comunes, como la Biblioteca o el Salón de Juegos. "El número de estancias es reducido porque la atención es muy personalizada, así mimamos mejor a nuestros clientes", afirma Ruth Mazón, la responsable comercial del establecimiento, quien asegura que en hoteles con encanto como éste "el boca a boca es la mejor publicidad del mundo".
Pero no sólo de valor arquitectónico puede presumir el reformado corral. En pleno mes de julio, ni el menos caluroso se libra de sufrir las altas temperaturas. ¿El mejor remedio? Subir a la azotea del hotel, para refrescarse en la piscina-solarium mientras divisa una de las estampas más envidiadas de la capital andaluza. Para olvidar el estrés, nada mejor que un buen masaje. "Estar aquí es muy relajante, es un sitio precioso", comenta Anne Croke, una turista de Manchester que está pasando unos días en el hotel. A Anne le "encanta" la comida andaluza, y aquí ha podido degustar los mejores platos gracias a una cocina de alto nivel. Más que recomendable pasar por el corral, ¡ojo turistas y sevillanos!
