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Un infierno para tocar el cielo

El Sevilla tiene esta noche una nueva cita con la historia, con esas noches que le han permitido escribir sus mejores páginas y han hecho grandes sus vitrinas. Hoy, se juega el pase a cuartos de final de la Liga de Campeones, todo un hito que ya protagonizó en 1957.

el 15 sep 2009 / 01:05 h.

El Sevilla tiene esta noche una nueva cita con la historia, con esas noches que le han permitido escribir sus mejores páginas y han hecho grandes sus vitrinas. Hoy, se juega el pase a cuartos de final de la Liga de Campeones, todo un hito que ya protagonizó en 1957.

Ni el frío ni el Aarhus, que ganó por 2-0, pudieron entonces con aquel Sevilla que entrenaba Satur Grech y había ganado en la ida por 4-0. Ese día, Javier, Romero, Herrera II, Valero, Ruiz Sosa, Ramoní, Antoniet, Arza, Loren, Pepillo y Pahuet formaron inicialmente en las filas nervionenses; hoy, medio siglo después, serán Palop, Daniel, Escudé, Jesús Navas, Poulsen, Keita, Diego Capel, Kanouté, Luis Fabiano y compañía quienes luchen por estar en el sorteo de cuartos de final de la máxima competición continental a nivel de clubes. Sin embargo, esta vez la empresa será mucho más difícil. Hoy no sólo no hay renta alguna que defender sino que incluso hay que ganar. Sí o sí.

En cualquier caso. dar la vuelta a una eliminatoria europea no es algo nuevo para el Sevilla. Lo ha logrado en varias ocasiones (Paok, Panathinaikos, Lille, Osasuna), y la mayoría de ellas hace no mucho tiempo. Esta circunstancia refuerza la confianza del equipo en sus propias posibilidades, aunque una de las muchas virtudes que el Sevilla actual ha demostrado en los últimos meses es que la presión no le hace mella en las grandes ocasiones. Más bien todo lo contrario: se crece.

Y muy especialmente en el Sánchez Pizjuán, donde tan sólo ha perdido un partido a lo largo de toda su historia en los torneos continentales y esta temporada cuenta todos los que ha disputado en Liga de Campeones por victorias: AEK (2-0), Slavia (4-2), Steaua (2-1) y Arsenal (3-1).

La historia sonríe al Sevilla, pero esta noche no sólo de puede vivir del pasado. Las dos caras tan distintas que está ofreciendo el equipo esta temporada hacen que este Sevilla sea tan capaz de hacer un fútbol exquisito, como el que se vio ante el Arsenal o hace sólo unos días frente al Zaragoza, como de dar el petardazo, tal como hizo el pasado fin de semana en Riazor. Pese a todo, en la Champions muestra una ambición especial. Este torneo le motiva más que cualquier otra cosa y le hace crecerse, lo cual le ha permitido ganar nada menos que siete de los nueve encuentros que lleva disputados hasta la fecha, con sólo dos derrotas.

Sin embargo, la más peligrosa fue precisamente la que sufrió hace dos semanas en Estambul. El 3-2 sitúa al Fenerbahçe en una buena disposición para lograr el pase a cuartos de final, paradójicamente después de que el Sevilla demostrase ser superior en ese partido de ida. Pero defender bien también importa.

Por eso, esta noche no queda otra que ganar. Manolo Jiménez pondrá en liza a su once de gala, cuya única duda es el rendimiento que puede ofrecer Dragutinovic. El defensa serbio ha entrado en la convocatoria de 19 futbolistas y todo hace indicar que saldrá desde el inicio. Junto a Escudé, es la única novedad de la lista facilitada por el técnico, en la que no figuran Lolo y Fazio, que sí viajaron a La Coruña.

Junto a su historia reciente en competición europea y la disposición de un once cualificado, el Sevilla contará con otra gran baza para intentar pasar a cuartos: su estadio. Hoy, el Sánchez Pizjuán registrará un entradón para respaldar al equipo como en las grandes noches. Hasta el propio Del Nido ha solcitado a la afición su apoyo en esta histórica cita. Si impactante fue el ambiente que se vivió en el Sükrü Saraçoglu, no menos lo será el que se verá esta noche en Nervión.

Un infierno, en definitiva, para poder tocar el cielo y añadir una nueva gesta a los anales de la entidad. Toda ayuda será poca para tratar de tumbar al equipo de Zico. El brasileño ya triunfó en este mismo estadio allá por 1982 con su selección y ahora quiere volver a hacerlo, esta vez como entrenador. Sus ideas están claras, pero lo que no tiene claro es si podrá con el Sevilla que en días como éste brilla tanto.

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