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Un joven de 23 años se quema a lo bonzo en los Juzgados del Prado de San Sebastián

El muchacho, con quemaduras en el 85% de su cuerpo, ha ingresado en el Virgen del Rocío. Se desconocen las causas de este siniestro.

el 11 sep 2010 / 09:52 h.

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Lugar del suceso.

Llegó tan tranquilo, con lo que parecía una maleta y una bolsa de plástico. El maletín lo soltó en la pared de los juzgados del Prado y se alejó un poco, a uno de los pilares que sostienen la galería corrida del edificio. Entonces sacó de la bolsa otra de menor tamaño que contenía un líquido que se echó encima, para sin mediar palabra acercarse una llama (un mechero decían unos, un cigarro apostillaban otros) al pantalón y salir ardiendo. "Era una bola de fuego gritando", resumiría poco después Rosa María, que presenció la escena con una sensación de irrealidad, de que aquello era una película. Su pronóstico es muy grave, con quemaduras en el 85% de su cuerpo.

Todo ocurrió sobre las 10.45 de la mañana. El joven (23 años, pantalón vaquero, camiseta de manga corta) llegó con su maleta, "como si se fuese de viaje". Se situó a unos metros de la puerta del Juzgado de Guardia, ante la que pasó envuelto en llamas para venirse abajo sin llegar a salir de los soportales del edificio. En total, unos 30 metros. "Tengo muchos problemas y muchas ganas de morirme" fue de lo poco que llegó a decir, tal y como recordaba una de las vigilantes de seguridad de las instalaciones judiciales. "Estoy amargado, no quiero vivir", oyó otro testigo. El suceso se desarrolló ante una veintena de personas, la mayoría de ellas familiares de detenidos que aguardaban a conocer noticias de los suyos.

La primera reacción de algunos de los allí presentes fue echarle agua, mientras otros usaban las rebecas o chalecos con los que habían soportado el fresco de la noche ante el Juzgado de Guardia. "Hubo gente gritando que no hacíamos nada, pero es que no se le puede echar agua", reflexionaba la vigilante. Al final, una forense salió y terminó de apagar el fuego con una manta.

No pasaron ni 10 minutos cuando ya estaba allí el 061, al que se alertó además de a los Bomberos, a las policías Nacional y Local y hasta a la Guardia Civil. Con el cuerpo totalmente destrozado (tiene afectado el 85%), fue evacuado en estado muy grave al hospital Virgen del Rocío. Fuentes citadas por Efe aseguraron que no era la primera vez que intentaba quitarse la vida, aunque sin mayores detalles.

El joven llegó al lugar donde se prendió fuego andando desde la avenida de Menéndez Pelayo. Los que le vieron insistían en que en todo momento permaneció tranquilo, que estaba solo y que no dijo nada hasta que, ya consumiéndose por las llamas, corrió gritando "que me quemo". "Yo eso no lo he visto en mi vida, sólo en las películas", relataba Rosa María, que contaba cómo alguien intentó quitarle el pantalón y se quemó con el botón, "que estaba hirviendo".

"Quitadme del sol", dijo varias veces ya en el suelo, al tiempo que pedía agua y repetía que se asfixiaba. "Tenía toda la carne y el pelo quemados, menos la cara", y es que lo que se había consumido era la ropa que llevaba y con ella la piel por debajo. La vigilante de seguridad señalaba que, teniendo en cuenta lo dantesco del suceso, al menos ocurrió un sábado y estaba la zona tranquila de gente. "Entre semana esto es la calle Sierpes y se podría haber quemado alguien más", relataba. y es que "el calor nos dio en la cara cuando pasó ante la puerta".

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