La presencia del PNV junto a la izquierda radical aberzale en una manifestación contra la detención de aquellos que querían reconstruir la mesa nacional de la ilegalizada Batasuna, con Arnaldo Otegi a la cabeza, deja cada vez más claro que el habitual juego a dos bandas en política no llega a ser comprendido por el ciudadano de a pie, que lo único que desea es, especialmente en el País Vasco, vivir sin bombas.
La presencia de los nacionalistas vascos en la protesta donostiarra es sólo una de las causas que propiciaron el pacto entre el PP y el PSOE para desalojarlos de Ajuria Enea después de 30 años de Gobierno, pero todavía no lo ven. Aunque desde la formación jetzale se insista en que están a favor de la paz y la democracia, ¿cómo se escudan en una manifestación "por los derechos" para apoyar a quienes querían organizar todo el entramado político de los asesinos de ETA?
Lógicamente, los dirigentes del PSOE han mostrado su desacuerdo con la presencia del PNV en la protesta contra el Poder Judicial que vela por nuestra seguridad. Empero, el viernes el Gobierno de Rodríguez Zapatero tuvo que recurrir a ese doble juego y recurrir al PNV y a Coalición Canaria para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado de 2010. Sin el voto de estos partidos, Zapatero se las habría visto y deseado para conseguir el visto bueno a los presupuestos de la crisis. Ayer amigos por conveniencia y hoy de nuevo enemigos. Un juego a dos bandas que sigue sin entender el ciudadano de a pie.
