Se pasó el mes de julio robando en más de una casa cada día, siempre escalando las fachadas de los edificios para entrar por balcones y ventanas con ayuda de cañerías, cables o molduras de la pared. A principios de agosto fue detenido, pero el mismo día en que el juez lo dejó el libertad con cargos volvió a ser sorprendido in fragatni por la Policía Nacional después de entrar en otra vivienda. El hombre, David C.C., de 30 años, volvió a ser arrestado y esa vez sí que entró en prisión.
Se trata de un nuevo caso de hombre araña, como llama la Policía a los escaladores que trepan por las fachadas sin importarle la altura: en este caso, el ladrón llegó a ascender hasta un cuarto piso para entrar en una vivienda. Lo único importante era tener dónde aferrarse y encontrar alguna ventana o balcón abiertos para poder colarse en la casa. Una vez dentro, arramplaba con lo que podía, normalmente joyas y dinero, pero también ordenadores, televisores y otros artefactos de mayor tamaño. Para llevárselos no volvía a descender por la pared, simplemente abría la puerta de la casa para marcharse por las escaleras.
El hombre actuaba siempre en domicilios del distrito Sur, por lo que la voz de alarma la dio el aumento de los robos con fuerza en una zona concreta de este distrito, siempre mediante el procedimiento del escalo y todos durante el pasado mes de julio y siempre a altas horas de la madrugada.
El grupo de Robos de la Policía Judicial abrió entonces su abanico de investigaciones: controló los establecimientos en los que se venden objetos de segunda mano, ya que es donde los ladrones suelen deshacerse de la mercancía robada; vigiló las joyerías por si se hacían con oro o alhajas de procedencia extraña, pidió a las víctimas que trataran de reconocerlo en las fotografías de los delincuentes fichados, estableció una discreta vigilancia en los lugares donde solía actuar... al final, el esfuerzo dio sus resultados e identificaron a David C.C., que fue detenido y llevado ante el juez, imputado por 25 robos por este procedimiento.
Sin embargo, el juez lo dejó en libertad. La Policía no cejó en su empeño y logró arrestarlo de nuevo esa misma noche después de que entrara en otro domicilio. Pero esta vez, las diligencias que estaban en marcha permitieron imputarle otros 13 robos sin resolver, de características similares y también cometidos en julio, que en la primera detención no habían sido identificados como posibles delitos de este mañoso ladrón de casas. Al ser presentado de nuevo al juzgado, el magistrado sí lo envió a prisión. Le constaban, además de estos 38 robos cometidos sólo en el mes de julio, 16 detenciones anteriores por hechos similares.
