El crítico musical Luis Clemente, que acaba de publicar su noveno libro, 'Kitsch y flamenco' (Lapislázuli), ha asegurado a Efe que "lo kitsch es la estética misma del flamenco".
"El kitsch es optimista; es más, llega a suponer el me gusta porque me gusta sin tener que abochornarse ante diatribas de arte grande", señala un autor especializado en música rock y flamenco que ha dedicado dos años sólo al diseño y la maqueta de este libro, ilustrado con casi un millar de imágenes entre portadas de discos, afiches de cine y fotos.
La obra trata de demostrar gráficamente que el "mal gusto" que ha rodeado a buena parte de las producciones flamencas ha alcanzado en numerosas ocasiones una escala delirante, según su autor: botellas de vino con etiqueta de La Chunga, abanicos y castañuelas de dudosa ornamentación, latas de dulce de membrillo tituladas Bulerías, banderines, castañuelas, peinetas y peinas de colores inverosímiles son analizados en esta obra. "Son el fruto de 30 años de mercadillos y de comprar discos", explica Clemente.
Carmen Sevilla de flamenca cantando una canción en un anuncio que decía Familia Philips, familia philiz o repitiendo Typical spanish en un corte de la misma marca comercial, y un cómic "alucinante" sobre Lola Flores son otros ejemplos. Entre los discos más curiosos hay uno titulado De España para los españoles canta Francisco el Profeta de Albacete, pese a lo cual lleva la leyenda Viva er Betis manque pierda.