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Un libro de un letrado sevillano, criticado por decir cómo debe vestir un abogado

El escrito da «recomendaciones y consejos», como no llevar las uñas pintadas ni escotes. El Colegio de Abogados de La Coruña lo repartía entre sus nuevos colegiados como obsequio, tras lo que un grupo de letrados ha pedido su retirada.

el 04 jun 2014 / 23:53 h.

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El manual contiene indicaciones sobre cómo vestirse para acudir a una sala de juicios. / Gregorio Barrera El manual contiene indicaciones sobre cómo vestirse para acudir a una sala de juicios. / Gregorio Barrera Vademécum para Abogados Noveles. Este es el título de la obra del decano emérito del Colegio de Abogados de Sevilla José Ángel García Fernández que ha desatado las críticas entre los abogados de La Coruña por introducir «pautas sexistas y trasnochadas». El manual, que se entrega como obsequio a los nuevos colegiados de la ciudad gallega, incluye una serie de indicaciones sobre la vestimenta adecuada que deben llevar los letrados cuando acuden a los tribunales, entre las que se incluye no pintarse las uñas, las botas con falda, los tatuajes o los escotes profundos. Su autor asegura que «no son más que indicaciones y recomendaciones, sin ánimo de coaccionar a nadie». Según la Real Academia de la Lengua Española, vademécum es aquel «libro de poco volumen y de fácil manejo para consulta inmediata de nociones o informaciones fundamentales». Como tal, en este manual se recogen 50 capítulos con nociones básicas del día a día de un abogado para jóvenes letrados «que comienzan en este mundo y que no saben ni dónde se tienen que sentar cuando entran en la sala para un juicio», explicó a este periódico José Ángel García. Uno de estos capítulos, el 24 en concreto, se denomina «Indumentaria de los abogados», que es el que ha levantado la polémica. En el mismo se recomienda, que cuando acudan a un juzgado utilicen «un traje de chaqueta gris, negro o azul marino con camisa blanca de cotó piqué, siempre huyendo de los colores chillones», en el caso de ellas; y «trajes gris oscuro o azul marino, camisa blanca o de tonos suaves, corbatas discretas, calcetines oscuros y zapatos de piel o similar», en el caso de ellos. El autor también indica que no deben llevarse ni calzado deportivo, ni camisetas con publicidad, vaqueros o camisas oscuras. Igualmente, también desaconseja el uso de minifaldas, camisetas, llevar las uñas pintadas de colores, los escotes grandes, los pendientes llamativos, así como el uso de botas cuando se lleva falda. Sobre la higiene personal, García señala que las abogadas deben lucir una manicura discreta y contar con desodorante en el despacho, además de dientes relucientes y cabello brillante y sin caspa. En el Colegio de Abogados de La Coruña la reacción no se ha hecho esperar y un grupo de letrados ha solicitado ya la retirada del libro. Fuentes del Colegio de Abogados de Sevilla explicaron que aquí también es costumbre entregar a los nuevos colegiados una bolsa con diversos libros, aunque aclararon que entre ellos no se encuentra la polémica obra, ni se tiene pensado darla. García dijo ayer que no entendía las críticas y que no va a «polemizar al respecto». Él insistió en que la idea de su manual es «ayudar a los jóvenes que salen de la Facultad de Derecho. Si lo quieren retirar que lo retiren, no gano nada con esto», a lo que añadió que «tras 49 años de carrera profesional, lo que me toca ya es vivir bien y no buscarme complicaciones». Así, aseguró que «solo pretendo explicar qué atuendo se debe llevar sin llamar la atención. La toga de los abogados es negra y lo lógico es llevar una vestimenta que no desentone con ésta, como colores oscuros». «Doy un parecer y como comprenderán no me voy a poner a decir si una mujer tiene que llevar un traje de un color u otro. No estoy influyendo en el derecho de nadie, como se está diciendo». En este sentido, sobre el hecho de que en su libro recomiende a las abogados no llevar las uñas con colores llamativos, indicó que «es algo normal, mi mujer también se las pinta, pero según al lugar dónde vaya». Igualmente, sobre los tatuajes aseveró que le «da igual, como si quieren ir cubiertos de tatuajes, pero se pueden encontrar con un juez quisquilloso que les llame la atención». «Esto es un berrinche», concluyó.

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