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Un maestro

En aquellos años prodigiosos (nadie nos desmentirá) de los 50-60 del pasado siglo los universitarios nos sentíamos huérfanos de maestros del pensamiento, de la ciencia y de la vida.

el 15 sep 2009 / 08:16 h.

En aquellos años prodigiosos (nadie nos desmentirá) de los 50-60 del pasado siglo los universitarios nos sentíamos huérfanos de maestros del pensamiento, de la ciencia y de la vida. Pocos, pero inolvidables profesores, se acercaban a dicha figura hasta obtener asentimiento y aceptación. El erial de la dictadura y la conciencia de una época en profunda, pero fecunda, crisis, eran el telón de fondo y el argumento de una historia sin nudo y desenlace, único sustrato de unos jóvenes que empezaban a mirar la realidad: "No sabíamos lo que queríamos, pero sí lo que no nos gustaba". En este ambiente, aquella increíble (¿e irrepetible?) Facultad de Derecho, suscitó de sus propias entrañas verdaderos maestros, universitarios de unos pocos cursos superiores al nuestro, o compañeros de banco, que consiguieron revestirse de autoridad, transmitir el pensamiento crítico, las últimas lecturas de viejos o desconocidos maestros, y convertirse en libros vivientes para salvación de muchos. Hablaron de crítica y rigor en unos años en que ir a clase con un libro de Austral de pasta verde, podía considerarse ridículo o peligroso. Hablaron de Ortega, de Zubiri, de Camus, de Ray Bradbury o de Steinbeck, de Aranguren o Marías, de justicia social y de libertad; también de renovación religiosa y espiritualidad seglar, pidiendo una nueva actitud de los cristianos universitarios ante la sociedad y la política, cuando ignorábamos estar a pocos años de un Concilio que luego nos confirmaría en tantas cosas.

Pues bien, hoy queremos tributar, con este recuerdo, un homenaje de reconocimiento a uno de aquellos maestros, que para algunos de nosotros lo fue entonces y, para todos, hoy, los simboliza y resume, y que sigue y seguirá en activo como tal porque lo necesitamos, y porque es de talante tenaz e inasequible al desaliento, aunque ahora termine su relación funcionarial como abogado del Estado. Infatigable debelador de lugares comunes, repartidor de conceptos claros a manos llenas, pronto a la ayuda y al consejo amigo, a quien todos felicitamos por su jubilación.

Colectivo de profesionales andaluces

vicenteplural@hotmail.es

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