Un matrimonio y uno de sus hijos, de diez años, perdieron la vida la noche del viernes en su vivienda en Jerez de la Frontera (Cádiz) debido a un escape de gas. Un vecino encontró a los padres muertos sobre el suelo del cuarto de baño y al hijo, aún con vida, en su habitación.
El hombre responde a las iniciales de C.F.G. y tenía 66 años, la mujer -A.G.B.- contaba con 62 años. Los otros dos hijos del matrimonio, de 16 y 19 años cada uno, no estaban en la casa en el momento de los hechos. Según apunta la investigación policial, una fuga de monóxido de carbono procedente de un calentador es la posible causa de la muerte del matrimonio y del hijo de diez. La vivienda donde vivían está ubicada en la planta baja de un bloque de pisos del barrio de San Telmo, en Jerez de la Frontera. La fuga de gas provocó también el desalojo de unos cien vecinos del bloque de pisos.
Según un comunicado difundido ayer por el Consorcio de Bomberos de la Provincia de Cádiz, el calentador, que se encontraba en el lavadero del piso y que no contaba con vías de evacuación de gases, estaba encendido en el momento en que los agentes accedieron a la vivienda una vez que tuvieron conocimiento de los hechos.
Aunque el menor de los hijos fue rescatado aún con vida por un vecino, agentes de la Policía Nacional informaron posteriormente de que no se pudo hacer nada por salvar la vida del pequeño, que falleció poco después en el centro sanitario del municipio, según informaron fuentes del Servicio de Emergencias del 112.
Un antecedente fatal. Las paredes del piso de Jerez donde se produjeron estas tres muertes la noche del viernes también fueron el escenario de otra tragedia familiar hace hoy casi 19 años. El 19 de marzo de 1989 tuvo lugar un incendio en el piso que costó la vida a dos niñas de 7 y 12 años. Vecinos del inmueble siniestrado explicaron que tras este incendio la vivienda permaneció deshabitada durante varios años, hasta que finalmente fue ocupada por el matrimonio fallecido el viernes junto a su hijo pequeño.
Fue un vecino, Sebastián Martín, la primera persona que entró en la vivienda siniestrada alertado por el fuerte olor a gas que se desprendía del interior. Sebastián encontró aún con vida, aunque inconsciente, al niño de diez años, pero ya era demasiado tarde.
Este vecino explicó a Efe que el menor se encontraba en su habitación con una videocámara entre sus manos que reproducía imágenes de una procesión juvenil previa a la Semana Santa que había tenido lugar en el barrio el viernes 14 de marzo.
Al comprobar que aún respiraba, Sebastián tomó al niño entre sus brazos y lo sacó a la calle, donde fue atendido en primera instancia por sanitarios del 061, que trataron de reanimarlo antes de trasladarlo al hospital. Los efectivos sanitarios y los bomberos se habían personado ya en el lugar tras tener conocimiento del suceso alrededor de las 22.30 horas a través de una llamada telefónica, tras lo cual dieron aviso a los Cuerpos de Policía Local y Nacional del municipio.
Después de sacar al niño al exterior, Sebastián volvió a entrar en el domicilio para tratar de encontrar al matrimonio y localizó a ambos muertos sobre el suelo del cuarto de baño y con la bañera a punto de rebosar.
Los vecinos del edificio, de cinco plantas, fueron desalojados por los bomberos, la Policía Local y la Policía Nacional nada más llegar a la vivienda, sobre las 22.30 horas, y pudieron regresar a sus domicilios a las 2.00 horas, una vez que el inmueble fue convenientemente ventilado. Los otros dos hijos del matrimonio, dos varones de 16 y 19 años, pasaron la noche en casa de unos familiares en Jerez.
