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"Un medio de comunicación no puede olvidar a los que lo están pasando mal"

El Grupo Morera y Vallejo anunció oficialmente hace una semana el nombramiento de David López Royo para un cargo que hace unos meses veía en las antípodas de su desarrollo profesional, "ni pensaba que me iba a comprometer con este medio como director". Defiende que un periódico no deja de ser un proyecto social y que el bien común debe de ser el motor que mueva al mundo.

el 04 may 2014 / 09:44 h.

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Foto _MG_8822_1Experto en proyectos de gestión social, sociosanitarios y de atención a la dependencia, con experiencia en cooperación internacional, profesor de la Universidad Pontificia Comillas, David López Royo (Zaragoza, 1958) vive sus primeros días como director de El Correo de Andalucía. Su formación y su ámbito profesional se han desarrollado básicamente en el ámbito de la sociología, así que… ¿…qué hace un sociólogo como director de un periódico? Pues entiendo que un periódico es un medio de comunicación social, y los sociólogos intentamos interpretar y conocer la realidad social, así que creo que un sociólogo puede aportar a un medio de comunicación participando más que dirigiendo el proyecto. Entiendo que dirigir es participar en un proyecto conjunto, así que un sociólogo puede aportar la visión que tiene de la sociedad y ayudar también a que se pueda interpretar lo que la sociedad nos está contando para que nosotros, como medio de comunicación o como herramienta de transmitir ideas, comunicación, ilusiones y esperanzas, pues realmente cumplamos con ese objetivo. ¿Considera entonces que los medios no están cumpliendo con su función de comunicación o no la están haciendo como debieran? Los medios de comunicación están trabajando y haciendo un esfuerzo por cumplir con su misión de comunicación, en términos generales la vocación de querer informar a la sociedad de lo que está pasando, si hablamos de medios serios y responsables, sí que se está haciendo o se tiene el interés de hacerlo. Otro tema es que en los medios estamos personas normales y corrientes que a veces también nos equivocamos. Creo que los medios de información deben esforzarse mucho por ayudar a la sociedad a que sepa interpretar positivamente lo que en ella ocurre, porque también hay cosas muy bonitas y positivas que transmitir. El cambio a jefe de un equipo de periodistas es grande, ¿no? En primer lugar no me siento jefe, me siento servidor, y creo que lo que tenemos que hacer es crecer y trabajar conjuntamente, porque si lo hacemos todos aportamos. Yo seguramente puedo aportar la frescura y el no tener ningún tipo entre comillas de condicionamientos o los propios vicios profesionales que en todas las profesiones se dan. Y los periodistas me pueden aportar mucho, porque me acogen y me pueden comprender y perdonar los fallos que pueda cometer. ¿Cómo entiende el oficio de periodista? Es una persona comprometida, y comprometida con informar y trasladar a la sociedad aquello que está sucediendo, algo que entiendo que hace desde los principios éticos de contar las cosas con el respeto debido, la coherencia correspondiente, la visión plural a la que nos debemos… Es una persona que puede hacer mucho bien por la sociedad, porque no nos podemos olvidar de que hoy nos movemos por aquello que los medios de comunicación cuentan. Por lo tanto, un periodista tiene una altísima responsabilidad, pero también tiene el gran valor de poder ayudar a la sociedad. ¿Teme que al ser sociólogo se espere que vaya a hacer algo muy diferente al frente del periódico, generar una expectación que sea luego difícil de satisfacer? Creo que El Correo ha tenido directores que no eran periodistas, pero además hay que creer en los equipos multiprofesionales, y por lo tanto es una oportunidad, es un reto que tenemos todos (El Correo, la sociedad, los medios de comunicación...) el poder interaccionar perfiles con formación diversa, pero todos con esa vocación de querer comunicar e informar. ¿Hacer algo diferente? Bueno, creo que El Correo desde hace unos seis meses, que entra en el mismo el Grupo Morera y Vallejo, está intentando trabajar por trasladar a la opinión pública una nueva manera de informar, pero lo que tenemos que pretender realmente es crecer como equipo para que la sociedad conozca lo que queremos trasladar y contar. ¿Y qué es lo que quiere que El Correo traslade y cuente? El Correo quiere informar de lo que ocurre en la sociedad, y lo quiere hacer siguiendo la línea editorial de su fundador, el beato cardenal Marcelo Spínola, con los principios que quiso trasladar y nos legó a todos. Sobre esto venimos hablando mucho desde El Correo, y queremos hacerlo basándonos en los principios del bien común y de la doctrina social de la Iglesia, que son los que explican los principios del bien común. Es contar las cosas que suceden con coherencia, con transparencia, con mucha humildad y respeto, pero contando lo que está sucediendo para que la gente tenga conocimiento de ello. Foto _MG_8932Habla de la doctrina social de la Iglesia, ¿cómo convence a un votante de Izquierda Unida para que lea el periódico si éste va a ser el principio fundamental? Pues creo que un votante de IU, si se lee o tiene interés por acercarse a la doctrina social de la Iglesia, seguramente va a ver que coincide en mucho con lo que él entiende por ejemplo como compromiso social. No hay que olvidar que cuando arranca, en el siglo XIX, es cuando empiezan a surgir los movimientos sociales y el desarrollo industrial, ahí la Iglesia se compromete e intenta salvaguardar y defender al trabajador, defender los principios de equidad, de equilibrio, de reparto… Si uno es votante de izquierdas y se lee la doctrina social de la Iglesia seguramente va a coincidir muchísimo. ¿No teme que al enarbolar esta bandera de la doctrina social de la Iglesia pueda haber una malinterpretación? En esta sociedad siempre nos movemos en bloques de izquierda y derecha, ¿si se apela a esta doctrina social se está diciendo que va a ser un periódico más cercano a la Iglesia y más conservador? No, porque seguir la doctrina social de la Iglesia no significa ser conservador, no es éste el caso. Yo me remito a lo que decía el cardenal Spínola, que tuvo la fuerza moral de decirle en su día a su majestad la reina que El Correo no era ni de derechas ni de izquierdas. El Correo lo que quería era ser un periódico que diera una información coherente, plural y pedagógica. Así que ni muchísimo menos, y como persona discrepo mucho de esa idea de la Iglesia conservadora, no tenemos nada más que ver al papa Francisco, la Iglesia está muy comprometida socialmente. Yo que he sido director de Cooperación Internacional de Cáritas y he visitado muchos proyectos y en muchas zonas y en situaciones muy difíciles, las banderas precisamente del compromiso, de la lucha, de la reivindicación coherente, sensata y comprometida, es de mucha gente de la Iglesia. ¿El problema entonces está en que en España hemos tenido una Iglesia alejada de la sociedad, con unos dirigentes que han transmitido una imagen muy conservadora? Pero esto es como un partido político, que a veces la cabeza transmite una idea bastante cerrada de lo que entiende por hacer política cuando en las bases hay mucha gente muy comprometida que está dando el do de pecho, que está dando ejemplo, que se está implicando… Pues a la Iglesia le pasa también lo mismo, puede haber una imagen pero sin embargo hay gente muy comprometida. Hay muchos ejemplos de compromiso social, como los salesianos, los jesuitas, los hermanos de San Juan de Dios, gente que están muy comprometidos con la sociedad y con los más vulnerables, los más débiles, que están siendo mucho más atacados por la situación de crisis económica que estamos viviendo. Situar como referente al cardenal Spínola, un personaje del siglo XIX y dirigente de la Iglesia, ¿no es un mensaje poco vanguardista? En absoluto, creo que en estos tiempos tenemos que ser capaces de ver los grandes líderes que hemos tenido y lo que han aportado a la sociedad. Y echo mucho en falta actualmente un liderazgo social, creo que eso nos está perjudicando. Evidentemente hay que salvar las distancias, porque los tiempos históricos y los parámetros no son los mismos, pero el compromiso social del cardenal… Spínola trabajó por los trabajadores muchísimo, valga la redundancia, pero muchísimo, se comprometió y reivindicó, podríamos decir que fue el primer sindicalista, era un hombre que decía al pan pan y al vino, vino. Yo creo que estas figuras no son sólo del pasado sino que son muy del presente. Apela a los principios del cardenal Spínola de coherencia, pedagogía y pluralidad, ¿cómo se aplicarían para contar un escándalo tan enconado como el de los ERE? Pues yo siempre parto del hecho de que en política hay muchos políticos buenos y muy comprometidos. Me fijaría más en el trabajo de estos políticos que están dedicados al servicio público a través de la política, como en ayuntamientos en municipios pequeños… En primer lugar valoro a esos políticos que realmente son un ejemplo y yo diría que es donde están los líderes de la política, en el día a día. Y luego, en un caso como el que me pregunta, creo que contando la verdad y siendo honestos, porque a veces creo que los medios de comunicación contamos y damos por hechas muchas cosas cuando todavía ni siquiera desde el punto de vista de la justicia se ha avanzado o se tiene una sentencia en firme. Y_hay ciertas líneas que no es bueno superar. Aboga usted por los mensajes positivos pero el día a día, con la actual realidad económica, política y social, lo pone complicado dar buenas noticias, ¿no? Evidentemente la realidad económica creo que impide dar buenas noticias, porque hay mucha gente que se está quedando en el camino. Se dice que estamos creciendo, que las cosas están cambiando, y me alegro de ello y ojalá sea cierto, pero la verdad es que mucha gente se está quedando en el camino, y mientras esto ocurra las buenas noticias no son tan buenas como deberían de ser. Yo echo en falta el compromiso político, porque sobre esto se habla muy poco, salvo instituciones sociales que se están preocupando bastante. Consecuentemente necesitamos a políticos que realmente hablen con coherencia, respeto, implicación, no que sea el eslogan político, que lo hagan de verdad sobre cómo vamos a intentar solucionar estos casos. Necesitamos empresarios que se comprometan, políticos que crean en los empresarios, personas que crean en el mundo de la empresa, personas a las que realmente se les tenga en cuenta y se valore como lo que son, desde su dignidad… Mientras esto no cambie, las buenas noticias… Y a nivel particular pienso que no estamos solamente en una crisis económica y de valores, sino que la sociedad necesita un cambio económico y social en el que la economía esté basada en la economía social de mercado y en la economía del bien común, más que en la economía economicista. ¿Y su visión es optimista? Lo que señala es más la expresión de un deseo que el reflejo de la realidad... Yo soy optimista, porque creo que si hay una persona que tiene voluntad de hacer esto de forma distinta hay que ser optimistas, lo que importa es seguir a esa persona. Desde ese punto de vista hay que ser optimistas, si no te dejas llevar por el pesimismo. Pero no me puedo olvidar, y creo que un medio de comunicación no se puede olvidar, de todas las personas que lo están pasando mal, y en El Correo una sección como Por Derecho intenta realmente tener muy claro y trasladar a la opinión pública los derechos que no se pueden mermar. Eso no quita para que al final también crea que todos somos corresponsables y culpables de esta situación. A mí me duele cuando se ataca a los políticos, y me pregunto que qué hago yo por hacer algo diferente, porque a lo mejor soy peor que un político. Si no me responsabilizo ni me comprometo, ¿por qué le tengo que exigir a un político lo que yo mismo no hago? Eso a mí me preocupa, tendemos mucho a culpabilizar a los demás y somos poco autocríticos, a la sociedad le falta esta autocrítica. Defiende que no quiere que el periódico sea un espacio para el partidismo, sino «para la acción política constructiva, creativa e innovadora». No hay ni partido ni político que no afirme esto último, pero luego todo se reduce a un o estás conmigo o estás contra mí… Hay una cosa que realmente es como la prueba del nueve, y al final es: ¿avanzamos en la instauración del bien común? Si todos trabajamos con esa vocación de saber interpretar, valorar y poner en marcha el bien común de la sociedad, y el bien común significa que no se puede hacer nada que vaya en contra de la dignidad ni de la persona, pues entonces es la prueba del nueve. Cualquier partido político, inclusive los que tampoco tienen siquiera representación parlamentaria o municipal, en este periódico tendrán también un espacio siempre y cuando su objetivo sea lograr y desarrollar el bien común. ¿Sitúa entonces al bien común como el motor principal de todo? Y la bondad, y el compromiso de cada uno de nosotros... Las personas lo que no debemos desear nunca es el daño y el mal hacia los demás, tenemos que desear que las personas, que las sociedades, tengan los mismos recursos y servicios. Si trabajamos en esa dirección, eso es un ejemplo claro del bien común. Alguna experiencia tengo en cooperación y ayuda internacional, y nos tenemos que hacer la pregunta de por qué hay tantas personas que tienen que salir desgraciadamente de sus países. Pues porque en ellos no se está actuando con la coherencia que se debiera, desarrollando políticas económicas y sociales. De eso tenemos que ser conscientes las sociedades que llamamos entre comillas desarrolladas, y mientras no busquemos la dignificación de estas sociedades, que las personas puedan tener los mismos recursos sociales y económicos, entonces es legítimo que la gente quiera salir y buscar otras cosas.

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