Con las primeras luces de la mañana apareció ayer el cuerpo sin vida de un menor magrebí en la orilla de la playa a la altura del faro de Trafalgar, lo que elevó a ocho los fallecidos a causa del accidente que sufrió el lunes la patera en la que viajaban entre 30 y 40 inmigrantes.
En el segundo día de búsqueda, otras dos personas más se sumaron a la lista de supervivientes localizados, que se eleva ya a 15. La mayoría de ellos fueron localizados en una zona de pinares muy próxima al lugar del accidente que provocó la rotura de la patera de madera en la que viajaban al chocar con las rocas de la costa de Barbate.
De esta tragedia fueron testigos muchos usuarios de la playa que siguieron los acontecimientos muy de cerca. Una reacción ciudadana que ha sobrecogido al alcalde de Barbate, Rafael Quirós. "Me cuentan que había gente en la playa con sombrillas a 50 metros de donde estaban apareciendo los cadáveres y la gente salía corriendo a ver cómo sacaban a los muertos del agua. Niños pequeños y gente encima del faro mirando", señaló el regidor barbateño, quien incidió en la necesidad de tomar medidas a un lado u otro de El Estrecho. "No sé qué interés turístico-informativo tiene pero lo que me da pena es que la gente se esté acostumbrando peligrosamente a este tipo de tragedias", añadió.
El Ayuntamiento de Barbate decretó ayer día de luto oficial y esta mañana, Pro Derechos Humanos (APDH) ha convocado ante el Ayuntamiento de Conil una concentración para combatir la "indiferencia" del primer mundo hacia este tipo de dramas.
Un drama que no evita que cientos de inmigrantes sigan intentando alcanzar las costas andaluzas. Ayer, Salvamento Marítimo de Almería detectó una patera en Cabo de Gata con unas 22 personas a bordo.
