Cuando los primeros placeros del mercado de Bellavista comenzaron a abastecer a los vecinos en la década de los sesenta, los actuales comerciantes -ya la segunda generación- aprendían a andar por los pasillos de una plaza que desde ayer es parte de la particular Memoria Histórica del barrio. Fue al mediodía cuando se produjo la apertura del nuevo mercado, equipado a la última en logística, al que algunos ya comparaban con "un hotel de cinco estrellas después de lo que hemos soportado durante más de treinta años". Y no era para menos.
Porque tanto placeros como clientes miran ahora para el techo y notan la gran diferencia. En vez de maldecir a la vetusta uralita que llegaba a provocar hasta 50 grados de temperatura en verano, ahora se felicitan por la moderna instalación de frío-calor que aclimata la plaza.
La alegría por el nuevo vecino en forma de mercado fue tanta que mereció una gran paella y unas tapas para celebrarlo, pero, claro está, después de que el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, y la directora general de Comercio, María Dolores Atienza, descubrieran la placa conmemorativa. Tampoco se quisieron perder el acto la delegada de Salud y Consumo, Teresa Florido, el director del área, José Antonio García, la delegada del distrito, Josefa Medrano, y el delegado de Edificios Municipales, Joaquín Díaz. "Yo no sé cómo hemos aguantado tanto", decía ayer Francisco Tornay, presidente de la asociación de comerciantes del mercado de Bellavista. "Es un día importante en el barrio, porque la plaza de antes tenía unas condiciones de higiene insalubres. Pero soportábamos, qué remedio, somos profesionales... Le debíamos a los clientes calidad. Han mostrado mucha fidelidad en tanto tiempo", admitió Tornay.
La construcción, de casi 1.700 metros cuadrados, ha costado 1,7 millones de euros, financiados a la limón entre el Ayuntamiento (alrededor de 900.000 euros) y la Dirección General de Comercio de la Junta de Andalucía (863.000 euros). Son 22 puestos más amplios que los dejados por los placeros en el antiguo mercado y con una cámara frigorífica para cada comercio, lejos del comunitario del que disponían antes. Además hay nuevas tiendas como droguería, joyería y puestos destinados al menaje del hogar.
Armados de paciencia. Ya eran 36 años de espera. A finales de los sesenta, se construyeron en Bellavista unas instalaciones provisionales destinadas a acoger un mercado para los placeros que venían de la Encarnación, que no tenían cabida en la plaza provisional de este enclave. Tras años de reivindicaciones, en 2006 se colocó la primera piedra, pero el mercado no estuvo listo hasta ayer, después de quedarse la obra parada durante más de un año, con cambio de empresa constructora incluido.
Comerciantes como el frutero Antonio Ramos comentaban que el flamante mercado está a "años luz del anterior". Y es que él mismo se ha encargado de aprovechar su puesto con estanterías que antes no le cabían. Además, ha inventado un sistema que no lo tiene otro mercado de abastos de Sevilla, "y ahora me lo van a copiar", comenta. Se trata de una instalación que "refrigera durante la noche los productos" sin necesidad de colocar y quitar los cajones de un día para otro. Es algo más que el espacio lo que se ha ganado respecto al edificio que tienen a sólo cinco metros. Teresa Florido anunció que el antiguo edificio "se tirará en abril, y el solar quedará para aparcamientos, como se ha pedido desde el distrito".
