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Un millar de amigos, vecinos y familiares despide a Calvo Sotelo en Ribadeo

Alrededor de un millar de amigos, vecinos y familiares han despedido hoy al ex presidente del Gobierno Leopoldo Calvo Sotelo en Ribadeo (Lugo), localidad en la que el político pasó su juventud y acudió con regularidad a disfrutar de los veranos y del tiempo libre a pesar de que no era su lugar de nacimiento.

el 15 sep 2009 / 04:18 h.

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Alrededor de un millar de amigos, vecinos y familiares han despedido hoy al ex presidente del Gobierno Leopoldo Calvo Sotelo en Ribadeo (Lugo), localidad en la que el político pasó su juventud y acudió con regularidad a disfrutar de los veranos y del tiempo libre a pesar de que no era su lugar de nacimiento.

Este gallego de "sentimiento y vocación", como lo definió el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, acudía todos los veranos al lugar en el que cursó estudios de bachillerato y en el que en compañía de sus amigos comenzó a navegar en la ría de Ribadeo, entre Galicia y Asturias.

Según comentó una de sus vecinas, Benigna Torviso, cuyos hijos compartieron juegos con al menos los tres primeros hijos del ex presidente y su esposa, Pilar, "Leopoldo era una persona excelente. A menudo prescindía de sus escoltas para ir a navegar. Le gustaba ir a su aire. Ya no hay políticos como él", se lamentaba al salir de la capilla ardiente instalada en el ayuntamiento lucense.

Como Benigna, entre cuatrocientas y quinientas personas acudieron a presentar sus respetos y a dar su último adiós al ex presidente.

Algunas de ellas aguantaron sin comer el retraso de la comitiva oficial, ya que en un principio estaba previsto que la capilla ardiente quedase instalada a las 13,30 horas y no se hizo hasta las 15,15 horas, pero aseguraron que valió la pena para despedirse de una "persona adorable, que ganaba en las distancias cortas", reconoce Manuel, otro de los vecinos.

De la comitiva, recibida con aplausos y los acordes del Réquiem de Mozart, se bajaron su esposa Pilar, sus hijos, sus nietos y otros familiares, entre ellos su sobrina Mercedes Cabrera, ministra de Educación.

La música fue una constante en la vida de Calvo Sotelo, a quien sus amigos consideraban un melómano, como lo prueban su afición al piano, un instrumento que tocaba siempre que podía, y su nombramiento como miembro de honor de la banda municipal de Ribadeo.

No faltaron al sepelio ex ministros de su Gobierno como Rodolfo Martín Villa y Alberto Oliart, así como el hijo de Adolfo Suárez, a cuyo padre sustituyó Calvo Sotelo tras su renuncia al frente del Ejecutivo en febrero de 1981, un cargo que ocupó hasta diciembre de 1982, una vez que Felipe González tomó posesión como presidente electo en las elecciones de octubre de ese año.

En el bar Cantón, situado en el plaza del Ayuntamiento de Ribadeo, aún recuerdan las cenas y las tertulias políticas que el ex presidente mantenía con sus amigos de la localidad lucense cada verano.

Nemesio, el dueño del bar, explica que todos los 14 de agosto un grupo formado por quince o dieciséis amigos, en el que estaba Calvo Sotelo, se reunía para cenar y recordar viejos tiempos.

"De ese grupo, ya sólo quedan dos o tres que se reúnen para hacer una tertulia política en la terraza de bar. El ex presidente ya hace unos años que no participaba en la cena y tampoco en la tertulia, pero a veces venía con su esposa Pilar a almorzar después de comprar el periódico", afirma el dueño del bar.

La entrada del féretro en la iglesia fue recibida con la melodía de "Negra sombra", una canción popular gallega recogida en la poesía de Rosalía de Castro.

Durante la homilía, el obispo de Mondoñedo-Ferrol, Manuel Sánchez Monge, recordó que en tiempos difíciles Calvo Sotelo propició "la reconciliación y el diálogo entre unos y otros para llegar a pactos".

El presidente del PPdeG, Alberto Núñez Feijóo, que también acudió al sepelio, reivindicó para Calvo Sotelo la Medalla de Galicia por la contribución de este "madrileño" a Galicia y a Ribadeo.

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