2012 empieza con un dato estremecedor en lo que respecta al mercado laboral. Andalucía, una de las comunidades más castigadas por el desempleo, superó en enero la barrera psicológica del millón de parados. En total, 1.008.202 personas aparecían registradas ese mes en los Servicios Públicos de Empleo, un 8,34% más que un año antes y un 4,03% más que el pasado diciembre. En concreto, 39.050 andaluces se apuntaron al antiguo INEM en enero. De ellos, 8.075 fueron sevillanos, provincia en la que el desempleo escaló aún más en términos porcentuales que en el conjunto regional, al crecer un 9,15% en un año, hasta los 235.806 desempleados, más de una cuarta parte del conjunto de la comunidad andaluza.
Por sectores, el de servicios fue el padeció un crecimiento mayor en cifras absolutas en la región, al sumar 24.638 personas más, lo que supone un alza del 4,6%. 4.743 nuevos parados registró la construcción (el 2,3% más), 4.135 el colectivo sin empleo anterior (un 2,8% más), 2.814 la industria (un 3,29% más) y 2.720 la agricultura (el 5,4% más).
En lo que se refiere a los contratos, se hicieron un total de 300.610 en la comunidad -un 8,31% menos que durante el mismo mes de 2011-, de los que 292.614 fueron temporales, el 97,34%, y los demás, 7.996, fueron indefinidos, un 2,66%.
Y en el resto de España el panorama no está mucho mejor. Los datos a nivel nacional fueron también terroríficos, de hecho, alcanzaron su nivel más alto desde el comienzo de la serie histórica analizada, que arrancó en 1996. El número de parados registrados en los Servicios Públicos de Empleo se situó en enero en 4.599.829 después de experimentar un alza del 8,72% en el último año -368.826 personas más- y del 4,01% respecto a diciembre. Traducido en valores absolutos, 177.470 se sumaron a la cola del paro el pasado mes, según los datos publicados ayer por el Ministerio de Empleo. La subida del paro fue superior a la experimentada en el mismo mes de 2011, cuando aumentó en 130.930 personas, y es además el segundo repunte más elevado en un mes de enero de toda la serie histórica tras el de 2009 (cuando se registraron 198.838 desempleados más).
A ello se suma que la afiliación a la Seguridad Social bajó en 283.700 personas en enero, con lo que la media de ocupados se situó por debajo de los 17 millones (16.946.237) por primera vez en la serie histórica que facilita el departamento que dirige Fátima Báñez, que arranca en 2005. La cifra más baja se dio en enero de 2004, cuando se registraron 16.930.760 afiliados. Es decir, que la destrucción de empleo ha sido la nota dominante en el primer mes de un año. De hecho, se han destruido más de 9.000 al día en enero.
Durante ese mes, el paro aumentó en todas las comunidades, encabezadas por Andalucía y Madrid (22.756). Los menores incrementos los registraron La Rioja y Baleares, con 819 y 840 parados más.
Estos datos se conocen apenas una semana después de los de la Encuesta de Población Activa (EPA), que arrojó una cifra de más de 5,3 millones de desempleados. El motivo de la diferencia se debe a que los de ayer contabilizan a las personas que están apuntadas al paro, mientras que la EPA también incluye a las personas que buscan trabajo aunque no estén registradas al antiguo INEM.
La secretaria de Estado de Empleo, Engracia Hidalgo, subrayó que los datos del paro de enero ponen de manifiesto que las reformas laborales puestas en marcha por el Ejecutivo socialista "no han evitado que el despido sea el principal mecanismo de ajuste ante la caída de la demanda".
Caída de afiliaciones. La caída de las afiliaciones a la Seguridad Social comentada anteriormente junto con los datos de desempleo no ponen en riesgo las pensiones. Así al menos los aseguró ayer el secretario de Estado de Seguridad Social, Tomás Burgos, quien afirmó que el sistema dispone de "recursos suficientes" para cubrir el pago de las pensiones, pero a la vista de la caída de la afiliación, abrió la puerta a adoptar medidas para mejorar sus ingresos, como traspasar a los Presupuestos el pago de los complementos a mínimos.
En último recurso, añadió, no sería "dramático" recurrir al Fondo de Reserva de la Seguridad Social, la llamada hucha de las pensiones.
"Es un periodo complicado para los ingresos del sistema, también por la situación que viven las administraciones públicas y las empresas", afirmó Burgos, para apostillar que "hay que estar atentos a los indicadores de ingresos del sistema".
De hecho, los datos de enero reflejan que cada pensionista se sostiene por la aportación de 2,42 afiliados, lo que supone la tasa más baja desde 2003. "Esta valoración es significativa en la medida en que es una relación esencial para la sostenibilidad del sistema", recalcó.
Dicho esto, Burgos señaló que "a corto plazo", el Gobierno no contempla recurrir al Fondo de Reserva, pero aseguró que si hubiera que hacerlo, no debería interpretarse "con dramatismo", puesto que "está para eso".