Patricia González es una joven emprendedora de 29 años que hace unos años tuvo una idea de negocio que le cambió la vida. Desde hace tres años dirige su propia empresa de animación en la que alterna educación, ocio y entretenimiento en una perfecta ecuación con resultado positivo. «Cualquier actividad que hacemos tiene contenidos culturales y educativos adaptados a la edad y gusto de los clientes», comenta la joven. Su empresa es muy dinámica no sólo por la naturaleza de su trabajo, sino porque es muy versátil en cuanto a las actividades que realizan. En el ámbito educativo, llevan a cabo actividades complementarias y extraescolares en colegios talleres de cine, teatro, deporte, de apoyo. «Este año como novedad tenemos un taller de danzas del mundo y otro de baile moderno», comenta entusiasmada Patricia. A estos talleres se unen los de manualidades, cine o psicomotricidad en inglés y en francés ya que las actividades en una lengua extranjera son obligadas en los colegios bilingües. También subraya que tienen actividades con chicos de Secundaria. Para que los materiales y dinámicas puedan servir para todos los usuarios, las actividades se van adaptando. Tanto es así que incluso se adaptan a adultos: «Si vienen turistas se hace con ellos», comenta la animadora. También trabajan con empresas que tienen objetivos que alcanzar. Por ejemplo los miembros de un nuevo departamento pueden recurrir a ellos para conocerse mediante una dinámica de grupo. En el ámbito del ocio hacen todo tipo de animaciones y fiestas temáticas. En las bodas hacen el servicio infantil: «Nos hacemos cargo de los niños desde que comienza el cocktail hasta que termina la barra libre. Aparte de divertirlos también les damos de comer», apunta. Por último, comenta que los veranos resultan especialmente provechosos con los campamentos de verano: «Una de las actividades más demandadas en este periodo». «Me centré en la animación y en la organización de eventos porque es algo que a mí personalmente me gusta», declara. «Desde la animación puedes educar y también enseñar cosas, marcas el objetivo y la animación es la forma de conseguirlo pasándolo bien», subraya. Aportan novedad al panorama de la animación en la ciudad, y para eso hacen juegos diferentes a los clásicos: «Hay empresas de animación que no salen de los mismos, no adaptan sus dinámicas y por tanto los niños pueden aburrirse y el negocio no termina de despegar». En cuanto a cómo surge su idea de negocio, comenta que entregaba los currículos y nadie la llamaba. Un amigo la empujó a hacer animaciones en bautizos y comuniones y ahí empieza todo: decide montar su negocio. «Mi formación ha tenido que ver mucho en que me decidiera por este tipo actividad», indica. Patricia es licenciada en Ciencias del Deporte y maestra de Educación Física. Recibió mucha ayuda del CADE Centro de Apoyo al Desarrollo Empresarial hace tres años. «Allí me informaron cómo debía hacer el proyecto», añade. Tenía formación de sobra para hacer cosas relacionadas con los contenidos de la empresa, pero no sabía nada sobre cómo montar su empresa. Lo bueno de su proyecto es que tiene cero gastos. «En lugar de comprar juegos, los hago yo misma, eso hace que los gastos disminuyan», sostiene. Asegura además que todos sus materiales están adaptados a la normativa europea. Otra de sus medidas de ahorro es no estar ubicados en una sede física. En un principio estuvieron ubicados en el CADE de forma gratuita. Tras vencer el plazo para estar allí, decide ahorrarse el gasto de alquiler. «Es mucho más rentable que tú te muevas a tener un coste fijo por alquiler cada mes», sostiene. Ella es la única integrante de su empresa. Contrata a monitores según las necesidades que vaya previendo. Dependiendo de la duración de la actividad la contratación será de mayor o menor tiempo. «Nunca sabes el trabajo que vas a necesitar hasta que no está la actividad en sí», manifiesta. Su negocio es rentable ya que se minimizan los gastos. A pesar de tener que pagar su autónomo, no duda al contestar que le resulta rentable. «Hay épocas mejores y peores», apunta. Una boda normal puede llevarse con dos monitores. Aunque sobre todo depende del número de niños pequeños que haya. El servicio se cobra por horas y no con una tarifa cerrada de antemano. El precio suele estar en 45 euros por hora. Patricia no cree que haya suficiente apoyo al emprendedor en este momento. «Afrontar el autónomo es complicado incluso para un empresario con una trayectoria, cuanto más para un emprendedor», destaca. Para ella, partir de cero es muy complicado y mucho más si hay que afrontar gastos fijos como un autónomo. En cuanto a las ayudas dice que el tema está muy mal: «En seis meses no da tiempo a nada» dice refiriéndose a la ayuda que actualmente dan a los jóvenes emprendedores-, «pasan los seis meses y no has hecho más que aprender de tus propios errores». Patricia lleva el papeleo de su empresa, hizo cursos para ello. «Así te ahorra también ese coste», dice. El emprendimiento para ella es la manera que hay en la actualidad de salir adelante. «No todas las empresas pueden salir al paso con una inversión cero, hay que ponerse a pensar y a buscar una idea con poco presupuesto y a la que saques mucho beneficio», defiende. La empresa ha ido mejorando y sus esfuerzos se están viendo compensados. Están consolidados: «Es la gente ahora quien nos busca», afirma. «A nuestros clientes les gusta como trabajamos, somos muy resolutivos y respondemos», declara. Dice de ella y su equipo que son buenos con los retos, de hecho manifiesta que siempre que se han propuesto algo lo han conseguido. En el futuro dice serán más ambiciosos y pondrán metas más altas: «Me veo con esta empresa en un futuro».