Al menos 28 personas murieron ayer y otras 42 resultaron heridas en la explosión perpetrada por un suicida contra un centro de reclutamiento policial en la provincia de Diyala, al noreste de Bagdad, informaron a Efe fuentes policiales.
Según las fuentes, el suicida portaba un cinturón de explosivos que detonó cuando los aspirantes a policía se congregaban delante de este centro en Yalula, 80 kilómetros al noreste de Baquba, la capital de la provincia.
El suicida condujo un coche hasta las proximidades de las instalaciones policiales, y después se dirigió a pie hasta un puesto de control junto al que se agolpaban decenas de reclutas, según el relato policial.
El ataque, el más sangriento en esta provincia en las últimas semanas, es, según un analista político consultado por Efe, "un mensaje de Al Qaeda destinado a recordar su presencia y su fortaleza, a pesar de la campaña militar contra ellos en las últimas semanas".
Las tropas iraquíes llevan a cabo desde hace más de un mes, una vasta operación contra la insurgencia comandada por Al Qaeda en la provincia de Diyala, una de las más conflictivas del país.
Este atentado llega un día después de que una niña de 13 años se entregase ayer en Baquba a la policía iraquí cuando llevaba un chaleco de explosivos listos para ser detonados.
Los agentes iraquíes alertaron a los equipos de artificieros, que desactivaron el mecanismo y, tras la detención, la niña condujo a los miembros de la Policía hasta otro cinturón de explosivos.
