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Un nuevo inquilino en Viapol

La nueva Facultad de Ciencias de la Educación ya ha abierto sus puertas

el 09 sep 2010 / 18:48 h.

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El patio es una de las zonas más bellas del edificio. Los alumnos están ya haciendo sus trámites administrativos en Viapol.

No todo van a ser malas noticias. Después del gran susto del desplome de la grúa instalada en el solar donde se está construyendo Enfermería y con la obra de la biblioteca del Prado parada desde hace más de un año (y lo que queda), la Universidad de Sevilla estrena este curso uno de los edificios más esperados por la comunidad universitaria.

 

La nueva Facultad de Ciencias de la Educación en Viapol, obra de los arquitectos sevillanos Cruz y Ortiz, funciona "con plena normalidad". Los alumnos hacen cola en Secretaría para formalizar sus matrículas, dan el último repaso a los manoseados apuntes antes de intentar aprobar la asignatura que se les atragantó en junio, charlan con el compañero después de las vacaciones de verano e incluso se dan "una vuelta" por la nueva facultad. "A mí me gusta. La otra es que estaba muy vieja", acierta a decir una estudiante sin mucho tiempo (ni ganas) para pararse.

Y tanto que es mejor. Si no fuera por algunos cables que asoman entre las placas de escayola del techo y algún que otro arreglo menor, el edificio está flamante. Hay ascensores en los que aún no han quitado siquiera los protectores para evitar rayones antes de que se inaugure la facultad oficialmente por el Rectorado. Una trabajadora del PAS (del departamento de Sociología) lo tiene claro: "Yo desde luego he salido ganando con el traslado. Los comienzos son siempre difíciles, pero la realidad es que este edificio está muy bien". Su compañera de la biblioteca no es tan optimista. En cuanto se le pregunta, enumera una lista de cosas que no están a su gusto: "La puerta -automática- está continuamente abriéndose. Tengo que pasar por el detector todo el día. Hay libros (y tenemos un fondo de cerca de 100.000 ejemplares) que no encontramos porque durante la mudanza no hubo nadie que estuviese aquí controlándolos. Falta personal..." Todo se andará. En cualquier caso, las quejas son menores si se comparan con las que precedieron la mudanza de Derecho desde la Fábrica de Tabacos a Viapol, donde la guerra de los despachos se libró a cara de perro.

La facultad que han proyectado y construido los arquitectos Cruz y Ortiz es luminosa, simple en sus formas y con una distribución que hace fácil su recorrido. El patio interior sobre el que girará toda la vida del centro es uno de los espacios más conseguidos, muy al estilo de los jardines tipo zen. Un consejo: rieguen más los árboles que el calor hace estragos.

Los 5.000 alumnos y algo más de 300 profesores que trabajarán en el inmueble disponen de nuevas tecnologías en 40 aulas. En los 25.422 metros cuadrados distribuidos en cinco plantas, con dos inmuebles conectados entre sí por pasarelas, hay desde salones de actos (por cierto, vacíos y con el aire acondicionado puesto. ¿Quién dijo crisis?) a un gimnasio de casi 1.000 metros cuadrados.

Pero antes de dar la bienvenida a la nueva facultad, Ciencias de la Educación quiere despedirse de su antigua sede, en Ciudad Jardín. El próximo 16 de septiembre se celebrará un acto de despedida en la facultad ya clausurada antes de que ésta caiga víctima de la piqueta.

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