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Un nuevo sistema permitirá soterrar basura en más barrios

El modelo, más barato, se estrenará en Asunción y en el Polígono Sur

el 07 nov 2009 / 20:51 h.

El coste económico ha frenado en los últimos años el soterramiento de contenedores y proyectos como la recogida neumática de basuras. Tras las experiencias de la Alameda de Hércules y de Santa María la Blanca, una iniciativa que sufrió un enorme retraso y un incremento del precio al aparecer restos arqueológicos, Lipasam decidió aparcar este tipo de medidas. Pero ahora la empresa de limpieza, dirigida por Rafael Pineda, ha encontrado un nuevo sistema, que permitirá el soterramiento de contenedores en más barrios de la ciudad. De momento, se estrenará con 12 contenedores en la calle Asunción, cuya base ya se ha implantado, y en 150 en el Polígono Sur, en el marco del Plan Urban.


Pero para ponerlos en marcha habrá que adquirir al menos dos nuevos vehículos que se quieren ya emplear en otras zonas. La dirección de la empresa trabaja en la definición de rutas para estos medios en las que se podrán implantar este nuevo sistema.


A diferencia de los ya existentes, el nuevo modelo de contenedores no requiere de sistemas eléctricos ni de realizar una obra de envergadura. Simplemente, se soterrarán los contenedores, con una capacidad de cinco metros cúbicos, que dejarán unos buzones en el exterior para que se arrojen los residuos. A la hora de la retirada, mediante un sistema que permite su elevación, unos camiones-grúa recogen los residuos, los arrojan y son compactados en el propio camión. Este sistema reduce los costes y los tiempos de la recogida de los residuos. Según las estimaciones de Lipasam, dos operarios podrán recoger cinco metros cúbicos de basura en apenas 2,5 minutos.


Hasta ahora, los sistemas de soterramiento de basura partían de complejos dispositivos. La recogida neumática, la más cara de las existentes, implica un complejo entramado de aspersores y una obra pública de envergadura que se realizó en varios barrios gracias a los fondos Feder. Una vez que éstos desaparecieron, los limitados recursos obligaron a frenar la ampliación.


A partir de este punto se intentó con otro sistema, el que se aplicó en zonas como la Alameda de Hércules o Santa María la Blanca. Bajo tierra se instalaba una especie de elevador en el que se ubicaban los distintos contenedores, en los que se podía arrojar basura a través de un buzón. A la hora de la recogida, mediante un sistema eléctrico, la plataforma ascendía y los cubos pasaban al camión de recogida. Este modelo se frenó especialmente en el Centro, donde se sustituyó por la implantación de los cubos individuales en los bloques, ya muy extendidos por el Casco histórico.


La intención de Lipasam es no incrementar este tipo de modelos, ni siquiera a través de los fondos estatales de inversión del Plan 5.000 en los que sí se quiere introducir un proyecto ya elaborado como es la construcción de un quinto punto limpio para residuos que no tienen cabida en los contenedores habituales. Estará en Palmas Altas tras descartar una zona más poblada de Los Bermejales debido a las conversaciones que se mantuvieron con los vecinos. De esta forma se forma un semicírculo en torno a la ciudad con los puntos limpios para facilitar el acceso a ellos de los ciudadanos.

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