No se ha batido un récord, pero este verano se recordará como aquél en el que más problemas tuvimos para dormir. Y el delegado territorial de la Agencia Estatal de Meteorología , Luis Fernando López Cotín, adelantó ayer que el otoño que se nos viene encima será similar: “Ligeramente más cálido y significativamente más seco en el sur de la península”.
Meteorología destacó que Sevilla ha registrado la temperatura mínima más alta de las recogidas por la Agencia desde que lleva el control de las temperaturas: 27,1 grados la noche del 10 de agosto. “Es tremendo”, resumió López Cotín, que añadió que ése fue el valor registrado en el aeropuerto, por lo que en el interior de la ciudad, “una isla de calor donde las temperaturas son más altas”, se pudo dar una variación de tres grados dependiendo de la zona. Sólo una ciudad española, Melilla, ha superado esta marca llegando a los 30,6 grados, aunque López Cotín consideró que en esta ciudad se dan unas “condiciones especiales” por su ubicación geográfica.
El verano en Andalucía ha sido, en opinión del delegado, muy cálido en la zona occidental y el interior, con un calor que ha sido como “una lengua de fuego extendida por el valle del Guadalquivir”, desde su desembocadura hasta la parte alta de su cauce, donde dijo que se había vivido un estío “muy duro”. Aún así no se han superado los históricos de temperaturas más altas, dudoso honor que sigue teniendo Sevilla con más de 46 grados. Pero sí ha sido la ciudad hispalense la que ha registrado el aumento más acusado de la temperatura media de la comunidad, situado entre 3 y 4 grados en agosto, frente a los 1,1 grados de Granada.
López Cotín explicó que en los últimos años se está experimentando una frecuencia de veranos más cálidos que los últimos 30 años y reconoció que existe una tendencia al alza de las temperaturas medias. “Podríamos decir que esto estaría en línea con el cambio climático”, apuntó el delegado territorial de la Agencia. “Ahora, ¿cada verano va a ser más cálido? No, hay una oscilación natural, no todos serán más cálidos, habrá veranos más frescos”.
El delegado de Meteorología se refirió también al episodio de fuertes precipitaciones ocurrido a mediados de agosto en la localidad cordobesa de Aguilar de la Frontera y que se saldó con la muerte de tres personas. Los 220 litros por metro cuadrado que descargaron en menos de 24 horas han llevado a la Agencia a realizar un estudio por lo extraordinario del caso. Al parecer, las previsiones que dieron por aquellos días los mapas del tiempo describieron correctamente el fenómeno que iba a producirse, el paso de una vaguada fría y la llegada de aire muy cálido en un marco de inestabilidad, pero no la focalización, es decir, que se mantuviera en el mismo lugar de forma prolongada.
