Comienza el repique casi continuo de campanas. La torre de la parroquia de Santa María Magdalena confirma lo que los primeros cohetes anuncian desde el Pozo Amores. Un año más comienza el Paso de Hermandades por Villamanrique de la Condesa. Pero no es un año cualquiera. Esta fiesta, que se ha convertido en la más importante del municipio, reconocida como de Interés Turístico Nacional de Andalucía desde 1999, cumple 200 años. Los representantes de la junta de gobierno de la Primera y Más Antigua hermandad del Rocío, acompañados por el alcalde, José Solís, dejan los porches de la parroquia y se adelantan para recibir a la entrada en la plaza de España a la filial rociera de Murcia. El gesto, que tradicionalmente se dedica a las hermandades que celebran algún aniversario especial, se repetirá este año con cada una de las 70 filiales que, bien a la ida o a la vuelta, pasan por el municipio. Y es que el que celebra la efeméride en esta ocasión es Villamanrique, pueblo y corporación. El matrimonio formado por Francisco Antonio Hernández y María del Carmen Tamayo fundaron en junio de 1813 la hermandad de Triana. Manriqueños los dos, no dudaron en solicitar a la hermandad de su pueblo el madrinazgo de la filial naciente y acordaron, con la Primera y el entonces párroco, Félix Bernal de Vera, que en su peregrinación a El Rocío pasarían por el pueblo, saludarían a la madrina en la parroquia, visitarían el convento de las Hermanas de la Cruz ya desaparecido y el Palacio. Así quedó fijado en sus primeras Reglas y así se mantiene. Por este motivo, Villamanrique ha elegido este año para festejar este bicentenario, aunque Triana no inauguró este paso de hermandades hasta el año siguiente, en 1814, cuando hizo su primer camino y su primera presentación, junto a su madrina, ante la Virgen del Rocío, en la tarde del sábado vísperas de Pentecostés. Ambas corporaciones repetirán este gesto en la romería del año 2014, cuando se cumpla el bicentenario de la primera romería de Triana. La filial trianera mantiene intacto este compromiso, aunque ahora este peculiar saludo se celebra en el camino de vuelta, el miércoles por la mañana (22 de mayo a las 11 horas). Tras el encuentro entre los simpecados a la puerta parroquia, las hermandades se funden en un acto de convivencia en los jardines del Palacio Real. Juan Márquez, presidente de la hermandad de Villamanrique y catedrático de Historia de la Universidad de Sevilla, recuerda otros hitos que han ido configurando, a lo largo de estos dos siglos, el paso de hermandades tal como lo conocemos. El periodista y escritor francés Antoine de la Tour escribió en 1858 un libro dedicado a Notre Dame du Rossio, en el que describe cómo los chavales manriqueños salían a la entrada del pueblo a preguntar a los peregrinos cuál había sido la mejor hermandad en aquella romería y a aquellos a los que les respondían Villamanrique los acompañaban hasta la plaza entre cantes y palmas. Sin embargo, y aunque este paso por el pueblo más rociero, como canta unas sevillanas, ya sumaba un siglo de vida, la gran aportación la haría otra de las ahijadas de la Más Antigua. La hermandad de Benacazón, fundada en 1916, fue la primera que hizo a los bueyes subir los cinco escalones de entonces hoy siete, para llevar la carreta de su Simpecado hasta la misma puerta de la parroquia manriqueña. Los bueyes pisaron por primera vez el suelo del templo y el resto de filiales han seguido su ejemplo. Incluso la carreta de plata de Villamanrique sube en la madrugada del viernes, antes de emprender su camino, esos porches, puerta de la gloria. Aquel gesto se ha impuesto como uno de los más emotivos de este saludo. Un cartel conmemorativo, un audiovisual, un ciclo de conferencias, exposiciones, un sello de Correos, un cupón de la ONCE y una peregrinación extraordinaria a Roma en septiembre de este año conforman el programa conmemorativo. El Ayuntamiento entregó ayer a Murcia, Málaga, Málaga-La Caleta, Jaén, Almería, Santander, Lucena de Córdoba y Cabra, y lo hará con todas las filiales que pasan por el pueblo, un grabado conmemorativo que representa a una carreta subida en los porches, con una placa que reza Bicentenario del Paso de Hermandades por Villamanrique de la Condesa 1813-2013. Un trabajo realizado en la Escuela de Artesanías Della Robbia de Gelves, un pequeño detalle para todos los que contribuyen a engrandecer estos días en Villamanrique.