Deportes

Un pastel sin guinda

el 22 dic 2012 / 21:52 h.

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Dicen que el hombre es el único animal capaz de tropezar dos veces con la misma piedra. Pero si hablamos de la versión bética del homínido, tenemos que elevar hasta el infinito la frecuencia con la que los verdiblancos caen con estrépito quizás cuando el terreno parece más limpio de peligros. No hubo apenas fútbol en los locales y ni siquiera poner el marcador en franquía desde que se levantó el telón sirvió para evitar lo que todos mascaban. Cierto es que el taumaturgo que se esconde bajo la piel del entrenador tuvo un día espeso, y no digamos cómo las gastaron los que vistieron de corto. Y para rematar el infausto cocktail, Undiano volvió a pedir a gritos que le abran la puerta de la nevera, y a ver si de una vez es para quedarse para siempre. Nada queda de aquel árbitro que tan buenas maneras apuntaba.

Total, que se fue el año 2012 en Heliópolis sin la guinda que hubiese coronado el suculento pastel de durante 12 meses han cocinado los diligentes responsables de la cosa. Y para dejar aún más escozor en la firma del curso, hubo pañuelo naranja para que el técnico visitante, que comparecía con la espada enterrada en el hoyo de las agujas, con las mulillas prestas para llevar sus restos al desolladero del despido, volviese vivo, con la testuz altiva y la cornamenta bien afilada para seguir dejando cicatrices en las femorales por donde fluye la sangre que hierve en verde. 28 puntos y un Betis libre de enfermedades exógenas. Adiós a un año magnifico.

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