El abogado de un hombre juzgado por poseer pornografía infantil en su ordenador ha pedido hoy la absolución y ha asegurado que su cliente almacenaba ese material para "castigarse a sí mismo", de la misma manera que se descargaba imágenes de accidentes, torturas y muertes.
El juicio contra E.P.P.N. ha quedado visto para sentencia en la Sección Séptima de la Audiencia de Sevilla, donde la Fiscalía ha pedido para él tres años y once meses de cárcel, y ha retirado su anterior petición de que pudiese cumplir la condena en un centro médico adecuado a su enfermedad mental.
En su informe, la fiscal ha destacado la violencia de las imágenes sexuales con menores que almacenaba el acusado y ha rechazado la explicación de que unas voces le ordenaban descargarlas para "castigarse" porque nunca antes le relató tal circunstancia a su psiquiatra.
La defensa, por su parte, ha rechazado que el acusado conservase tales imágenes para compartirlas y distribuirlas sino que solo las almacenaba como consecuencia de un "severo impulso obsesivo-compulsivo", igual que se descargaba juegos y películas.
El abogado ha destacado además que el acusado "no se siente atraído por esos contenidos" y que el tratamiento que recibe para su trastorno psiquiátrico "le ha inhibido la sexualidad".
El procesado ha utilizado su derecho a la última palabra para expresar su "arrepentimiento total" y asegurar a los jueces que "eso no volverá a pasar".
Su defensa ha explicado que el acusado es tratado desde 1998 de un trastorno mental grave, desencadenado tras haber perdido a su padre y a su madre de manera prematura y en un corto espacio de tiempo.
La Policía encontró en el ordenador del procesado, en un registro realizado en su vivienda de Sevilla el 10 de octubre de 2007, 2.177 archivos y 176 CD con pornografía infantil.
La defensa ha apelado a la "penosa" vida del acusado, pues tras perder a sus padres estuvo un tiempo viviendo con su hermano y su cuñada, pero pronto se separaron, y si ahora es separado de su cuidador y amigo de la infancia "se convertiría en un ser destruido en el más amplio sentido de la palabra".
El imputado "ha sido desde niño un personaje triste, con pocas relaciones sociales y dependiente de sus padres", de ahí que su fallecimiento "marque el trastorno psiquiátrico del que viene siendo tratado desde 1998", ha explicado la defensa.
El cuidador del procesado fue imputado inicialmente como cómplice del delito pero finalmente quedó exculpado a petición de la propia Fiscalía, han explicado a Efe fuentes del caso.
