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Un peliteñido contra el mundo

No se resigna a que su enfrentamiento con los que mandan en el Valencia sea el final de una carrera llena de altibajos. Cañizares no deja indiferente a nadie y promete seguir dando guerra.

el 14 sep 2009 / 22:17 h.

De Santi Cañizares siempre llamó antes la atención que sus cualidades bajo los palos, por lo demás indudables, su aspecto. Portero de trayectoria en dientes de sierra, su penúltima etapa ha sido Valencia, donde ha pasado de referente a denostado por lo de siempre: su carácter indomable.

Se podría escribir todo este artículo sin necesidad siquiera de una mínima referencia a la carrera deportiva de Santiago Cañizares (18-12-1969), madrileño recriado en Puertollano aunque de regreso a la capital aún adolescente para jugar en los escalafones inferiores del Real Madrid. Bastaría, por ejemplo, con extenderse sobre el tantra, una de las aficiones de este peculiar futbolista. Modalidad sexual, basada en el taoísmo, que abomina de la eyaculación por entender que gran parte de la energía del hombre reside en el semen, Cañizares es capaz de disertar sobre ello con toda naturalidad en un plató de televisión.

Se podría también disertar sobre su salvaje decoloración capilar, característica más sobresaliente de su aspecto. Dicen los expertos en peluquería que los potingues que hay que aplicarse para blanquear el pelo de ese modo son nocivos para el cuero cabelludo y que le espera una segura calvicie a no mucho tardar. O se podría especular sobre qué diablos le ocurrió en la concentración previa al Mundial de 2002, cuando se perfilaba como titular de la meta española pero tuvo que renunciar a resultas de un misterioso accidente todavía sin aclarar.

Sin embargo, todos estos aspectos periféricos no son más que maneras de expresarse de una personalidad volcánica que lo ha hecho mantener relaciones tormentosas con todo el mundo del fútbol, sin excepción, desde hace tres lustros. También en Valencia, donde parecía que había encontrado el equilibrio, ha terminado por pelearse con la directiva y los entrenadores, que le han mostrado la puerta de atrás. Una salida indecorosa para quien ha disputado tres Mundiales (más el cuarto que se perdió), tres Eurocopas, unos Juegos Olímpicos y para quien ha guardado la portería del mejor Valencia de la historia, el de las dos Ligas y la Copa UEFA ganadas por el equipo de Rafa Benítez.

La relación entre Cañizares y sus competidores bajo los palos nunca fue buena del todo. En la selección olímpica del 92, le ganó el puesto Toni y ya entonces empezó a ganarse fama de mal compañero. Salió del Real Madrid porque tuvo problemas con Bodo Illgner y sus años gloriosos en el Valencia sólo se vieron empañados por la disputa que mantuvo con Andrés Palop, con el que ni siquiera se habla. El hoy portero del Sevilla siempre llevó las de perder con el manchego pero su fuerte carácter hizo que jamás se resignase al estatus de suplente.

El fichaje de todo un internacional alemán como Timo Hildebrand era un presagio de tormento en Mestalla. El teutón venía de completar una excelente temporada, coronada con el título de la Bundesliga con el Stuttgart y declaró al llegar que no había venido "de turismo". El mal trato que le dispensó Quique Flores fue uno de los motivos para su destitución pero Koeman, a su llegada, siguió poniendo a Cañizares, lo que lo empujó a pedir que lo traspasasen después de decir en una rueda de prensa que la relación entre ambos era "fría". Ahora, la titularidad ha quedado en sus manos.

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