Todo comenzó hace un mes. Por aquel entonces el representante en Sevilla de la organización no gubernamental (ONG) Pequeño Deseo se puso en contacto con Juan Garrido, el padre del niño protagonista de esta historia. Fue el punto de partida de una historia que este niño, a buen seguro, nunca va a olvidar.
Miembro del Club Utrerano de Atletismo, su padre también es conocido por participar como locutor en numerosas carreras. En una de ellas, ambos pudieron conversar sobre la enfermedad que padece el joven, fibrosis quística, y acerca de la carrera benéfica que se organiza en Utrera todos los años. Sin embargo, nada hacía presagiar la sorpresa y el sueño que el joven vería hecho realidad poco después. Y es que esta ONG se dedica a hacer realidad los deseos de niños con enfermedades crónicas de todo el país.
Poder acudir al Campeonato de Europa de Atletismo, celebrado en Barcelona hasta el pasado domingo, y tener la oportunidad de conocer a los atletas que forman parte de los 1.500 metros. Esto era algo que se perfilaba como un anhelo para este joven y que, gracias a la ONG y a su padre, ya forma parte del recuerdo vivo del mismo.
Pactada la sorpresa, como era lógico, al niño había que llevarlo engañado a la Ciudad Condal. Confirmado el viaje, la ocurrencia del padre fue decirle a su hijo que le había tocado un viaje que la Federación Andaluza de Atletismo había sorteado entre los jueces de toda la comunidad autónoma. "Era una cosa totalmente inventada por mí para darle credibilidad al asunto", comenta el impulsor de esta mentira piadosa. De igual modo, como las cosas había que hacerlas perfectamente para que no se descubriera la sorpresa, incluso el presidente de la federación, al conocer la historia, accedió a hacer de gancho y telefonear a casa de la familia para felicitar por este supuesto viaje. El chiquillo coge el teléfono y, acto seguido, llegaba el consiguiente "papa, te juro que me ha llamado el presidente -de la federación- y me ha dicho que es verdad lo de el viaje".
Con todo organizado, y el niño engañado por completo, "ahí que van los dos catetos de Utrera en su estreno aéreo", según relata el propio padre. Y en Barcelona aterrizaron. Cuando llegaron al hotel, qué sorpresa no se llevaría el chaval cuando se encontró a la selección española de atletismo, al completo, haciéndose una fotografía a las puertas del establecimiento hotelero y esperándole. Como era lógico, al ver aquel panorama, la cara del pequeño se iluminó por completo y, en medio de esa sorpresa, identificaba a sus ídolos.
Todo ello sin saber que, a continuación, lo iban a recibir los componentes del equipo de 1.500 metros, sus grandes ídolos. Entrega de unas zapatillas deportivas de las que el chaval estaba "enamorado hace mucho tiempo" y mas emoción y ojos lacrimosos; regalo de una camiseta de la selección y de dos entradas para el estadio; y, sin querer dejar escapar la oportunidad, fotografías y más fotografías con todos los allí presentes en su honor.
Tras este inolvidable momento para el padre y, sobre todo, para el hijo, ambos disfrutaron del campeonato y todas sus pruebas, en compañía del atleta natural de Utrera José Luis Cuenca. Todos ellos tuvieron la oportunidad de charlar con gente llegada desde toda Europa, compartiendo con ellos conversación y vivencias a las que el niño asistía anonadado por el crisol de culturas allí presentes "y que se daban cita unidas por una causa común: su querido atletismo".
Con mucha alegría por haber disfrutado uno de los momentos más felices en la vida del niño, padre e hijo, hijo y padre, volaron de vuelta a Andalucía, con el pleno agradecimiento a los miembros de la ONG organizadora, que hace "que la vida de estos niños sea mas llevadera y que sus deseos se hagan realidad". Porque como el de este joven de Utrera son muchos los pequeños deseos, tal y como su nombre indica de manera muy descriptiva, que intentan cumplir con su programa de solidaridad.
