Cultura

Un pianista muy sereno

El pianista sevillano Juan Pérez Floristán no subirá por casualidad mañana domingo a las 12 horas al escenario del Maestranza. Tras él, con sus 14 años, se encuentra la personalidad de un músico que habla sereno. Foto: José Manuel Cabello.

el 14 sep 2009 / 21:31 h.

El pianista sevillano Juan Pérez Floristán no subirá por casualidad mañana domingo a las 12 horas al escenario del Maestranza. Tras él, con sus 14 años, se encuentra la personalidad de un músico que habla sereno, reconoce lo mucho que le queda por aprender y sueña, sin edulcorantes, con dedicar su vida al piano.

"Si tengo que tocar en un cuchitril para ganarme la vida, lo haré", dice con firmeza esta joven promesa del instrumento rey. Sus objetivos son muy claros y su cabeza está bien amueblada. "No soy un romántico, dedicarse al piano es un oficio muy duro, lleno de obstáculos, de horas de ensayos y de dificultades, pero no hay nada en el mundo que me llene más que tocarlo", confirma mientras hilvana un discurso que haría poner en duda su temprana edad.

Hijo de dos ilustres intérpretes -su padre es el director de orquesta Juan Luis Pérez-, sería fácil decir que la música la llevaba en la sangre, "pero no es el caso, porque a mi hermana no le interesa nada". Dispuesto a derribar el mito del niño prodigio, Juan Pérez Floristán habla del piano como otro compañero de clase podría hacerlo del fútbol o la informática.

Compaginar el instituto con los pentagramas no es una pirueta fácil, máxime cuando, como reconoce, "a uno no le dan muchas facilidades para llevar adelante ambos estudios". Realizada la crítica, el pianista, que cumple con los libros, tiene sus miras en la música. Hace dos años el maestro Daniel Barenboim asistió pasmado a una audición de Floristán. Los elogios del titán de la batuta casi hicieron derretir al aprendiz frente al piano. "Fue un encuentro memorable y espero que no sea el último, no existe nadie tan grande como él", dice Floristán, quien sitúa el nombre del director argentino junto a los clásicos de Rubinstein y Richter.

A pesar del ambicioso programa que interpretará en el Maestranza -con obras de Ravel, Albéniz y Moussorgski-, Floristán reconoce que son obras con las que lleva "batallando" mucho tiempo. "Cada día le dedico dos horas al piano, los fines de semana tres y en verano, todas las que puedo", dice no sin antes recalcar que para él "pasar los días estudiando es un placer". "Y no hay que ver nada extraño en ello -continúa- en casa estoy mejor que en la calle, las discotecas me dan pereza, y la gran música me hace feliz".

Con el compromiso de interpretar el Concierto para piano de Schumann la próxima primavera -fruto de haber ganado el concurso de El Ejido- Juan Pérez Floristán se retira de la entrevista para volver a las teclas. Antes, hace una última apreciación: "No soporto a los pianistas mijitas, cuando uno está ante el piano, tiene que darlo todo y olvidarse de lo que le rodea", concluye

  • 1