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Un poni bajo arresto en Utrera

Un ejemplar paseando por la calle pone en jaque a cuatro patrulleros hasta que consiguieron apresarlo.

el 21 sep 2010 / 18:34 h.

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Los agentes conducen al poni, con cinta de precinto, hasta un lugar seguro.
Imagínese que sale a la calle y se encuentra, paseando por delante de su casa, un pequeño caballo caminando a sus anchas y sin que nadie lo controle. Es lo que ha ocurrido, entre otras zonas, por el paseo de Consolación, lugar desde el que dieron la alerta sobre la presencia de una yegua, que además recorría Utrera estando preñada.

 

Intentando ponerle un final feliz a la historia de este animal perdido, que quizás se había escapado de su lugar de residencia, estuvieron tres vehículos de la Policía Local, además de otro coche de la Guardia Civil, que circularon tras el poni intentando alcanzarlo, "aunque huía al ponerse nervioso", explica Antonio Medina, uno de los siete agentes que iban tras el equino.

Atrás quedaron el paseo y el santuario de Consolación, entre otros lugares hasta que, por fin, en una rotonda del paseo de los Condes de Vistalegre, junto a la Ronda Norte y los Ruedos de Consolación, consiguieron acorralar a la asustada pequeña yegua. No tenían cómo trasladar al animal, pero tampoco podían dejarlo allí, así que los agentes tuvieron la ocurrencia de confeccionar de manera artesanal un cabezal para el equino. ¿De qué manera? Con la misma cinta de plástico que la policía emplea, por ejemplo, para cortar las calles al tráfico o al tránsito de las personas.

De esta forma, el "dócil y noble" animal, que presentaba un aspecto de estar "muy bien cuidado", fue caminando por el asfalto utrerano, llevando a su vera uno de los coches patrulla que estaban trabajando a esa hora y cuyo copiloto era el encargado de sujetar el citado agarre casero. Así, protagonizando una curiosa estampa, se desplazaron hasta la jefatura de la Policía Local, donde la yegua fue cuidada en el depósito de vehículos. "Ahí le pusimos agua y le pedimos a un conocido que nos diera comida para que se alimentara el animal, a la espera de ver si aparecía su dueño", comenta Medina. Y, efectivamente, el propietario acudió a su búsqueda, alegando que "se lo habían robado", señala el agente.

Con el poni de vuelta a casa, el policía admite haber pedido ya "un par de cabezales" para tenerlos disponibles cuando vuelvan a ocurrir historias como éstas que, aunque muchos no lo sepan, se repiten "bastante a menudo".


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